Se subió los pantalones sintiendo aún la sensación del placer que le dejó la mujer, que ahora lo miraba con ternura, y que nuevamente le pedía la abrazara, accedió y sintió el profundo aroma que le envolvía lo sentido; la beso una y otra vez para nuevamente dejarse caer sobre sus grandes pechos para lamerlos y chuparlos incansablemente y nuevamente estaba desnudo, penetrándola con fuerza y llevándola como tantas veces al amor, a ese dulce amor que se repetía y que era para toda la vida.
domingo, diciembre 17, 2006
jueves, diciembre 07, 2006
Un sorprendente marido
Arrojé tu boca al rio para no saber mas de tus frases repetidas, de orden y de fastidio. Sí, es que me cansé de tanta berborrea. Soporte cuatro largos años y estoy aburrido de tus malos chistes y de tus ridiculas palabras de amor; ahora puedes gritar en el torrente y estoy cierto que nadie te escuchara y abre bien la boca para que te ahogues rápidamente MI Amor.
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La Olla
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