viernes, mayo 06, 2016



                                             El Perro

La lluvia golpeaba la ventana de la alcoba, las gotas de agua bajaban ligeras por los vidrios empañados por el frio, una brisa helada se colaba por una pequeña grieta del lado derecho, brisa que estremeció el cuerpo de ella que sentada en la cama veía televisión; a su lado izquierdo su perro se apegaba y ella no dejaba de acariciarlo, él la observaba sin decir una palabra.
Hace mucho tiempo y se había hecho una costumbre el perro era de principio a fin quien más importaba, tenía todos los cuidados, peluquería, juguetes, su lugar en el sofá del living, vasijas de cerámica con agua en lugares estratégicos de la casa, su paseo diario por un parque  y comida especial. Él por su parte, aparte del beso de bienvenida de cuando llegaba del trabajo carecía en absoluto de atenciones por parte de su mujer, siendo algunas veces totalmente omitido en su hogar y era notorio que  cuando el perro no estaba las caricias le llegaban como de rebote. Esa mañana hicieron el amor,  fue como una rutina diaria ella con una mano lo tocaba y con la otra acariciaba a su perro y eso fue la gota que rebasó el vaso  se levantó armó su maleta y le dijo a ella que se marchaba. Ella lo miró y no dijo nada acomodó la almohada empujó a su perro suavemente y suspiro. Ahora estaban a sus anchas en la cama.

La Olla

  La Olla. La familia Barrera estaba sentada a la mesa; era la hora de almuerzo y esta vez a diferencia de los días anteriores la sopa tenía...