lunes, noviembre 03, 2008

Inconveniente


La micro avanzaba lentamente y el frío se colaba, cuando el chófer abría la puerta para subir a algún pasajero. En nuestro frente un cortejo fúnebre era la razón de nuestra lentitud. El conductor parecía perder la paciencia al momento de detenernos por completo; un hombre joven de terno y corbata se presentó a la puerta de la micro y explicó que necesitaba ayuda para transportar al muertito y para desatar el tremendo taco que se comenzaba ha iniciar y debido a que la carroza había quedado en pana subir el ataúd a la micro, el conductor no pudo negarse y abrió la puerta trasera por donde subieron al finado, empujaron el féretro por el pasillo y allí se quedó, ante el espanto y horror de todos nosotros los pasajeros. Entretanto un borracho medio dormido golpeaba el piso y apuraba al chófer  Junto con el finadito subieron algunos parientes y comenzaron a rezar y nosotros en forma solidaria hicimos lo mismo, mientras la micro reanuda su marcha increíblemente en dirección al cementerio.

La Olla

  La Olla. La familia Barrera estaba sentada a la mesa; era la hora de almuerzo y esta vez a diferencia de los días anteriores la sopa tenía...