lunes, agosto 12, 2019

Hace más de nueve años que no trabajábamos con las manzanas de amor en un evento grande. Esta vez fue en el Parque Juan Pablo II en Puente Alto. Llegamos muy temprano, había un sol tímido y el parque es grande, mucho pasto, pero pocos árboles, le hacen falta algunas cosas como una pequeña laguna, una granja de animales, pero bueno con el tiempo se llegue a eso.
A eso de las doce el.parque estaba lleno. Seguramente todas las personas eran de las poblaciones cercanas, poblaciones que siempre se habla de ellas como violentas, donde reina la droga y viven los pobre.
Eran largas filas de niños para usar los diferentes juegos, los puestos de comidas comenzaban su esperado y ajetreado día. El bullicio era enorme, los niños estaban alborotados, se escuchaban desde nuestro puesto de trabajo a los payasos,  familias enteras pasaban hasta con sus mascotas, traían frazadas que estiraban en el pasto y allí solazandose comían, conversaban, reían y encumbraban volantines que abarcaban el cielo despejado libremente. No había competencia entre ellos, otros jugaban a la pelota y los más adultos sentados en algún lugar eran meros espectadores de lo que pasaba,; de pronto escuchamos malas palabras  de una madre hacía un niño pero fue como algo habitual. No hubo ninguna discusión o pelea, nadie pasó tomando cerveza ni ningún trago, la mayoría de quienes nos compraron y que nos llamó la atención nos daban las gracias siendo que nosotros eramos los agradecidos. Era una tarde fría pero agradable los pobres estaban ocupando todo el parque con una algarabía casi de otro mundo. Si supieran que unidos podrían cambiar el.mundo y tener un mejor pasar, quizás podrían ser ricos. Pero pensándolo bien seria algo así como ricos pero pobres y en verdad es mejor ser pobre y feliz.
Nosotros vivimos en una población más arriba no tan estigmatizada como estas que estan alrededor de este parque,  pero no tenemos la fortuna de tener un parque como este donde dejar nuestras mejores alegrias y momentos como lo que vivimos ayer. Pobres pero puramente felices.

La Olla

  La Olla. La familia Barrera estaba sentada a la mesa; era la hora de almuerzo y esta vez a diferencia de los días anteriores la sopa tenía...