sábado, abril 28, 2012

Aysen sufre

Open Document   (Este artículo se encuentra en la página 5 de este diario)                            Aysén
En 1965 tenía nueve años y recuerdo vivamente que durante mucho tiempo la convivencia que teníamos en la población Maipo era muy diferente  a la de hoy; jugábamos al caballito por once, al pillarse, a las bolitas que eran tarros de leche nido llenas de bolitas que a veces se perdían en el impar o par de un pequeño hoyo echo en la tierra, a las escondidas donde muchos arrancaban un beso furtivo de las niñas y para navidad el pasaje era adornado con guirnaldas, luces coloridas y escenario donde el viejito pascuero entregaba los juguetes a los mas pequeños, el año nuevo se esperaba con ansiedad y luego de los abrazos familiares se salía a saludar a los vecinos y se terminaba bailando hasta altas horas en el pasaje. Sin embargo por los años setenta se comenzaron a acentuar las divisiones políticas que terminaron en una dictadura que de forma definitiva separó a los chilenos, el odio, la violencia, las violaciones a los derechos humanos, el dolor, hasta el día de hoy, de los detenidos desaparecidos; terminaron por hacer de nosotros un país dividido y quedó en el pasado la Maipo y su familiarida.
La globalización, el modelo económico hasta hoy reinante y el frustrado trabajo de los políticos por hacer de este un país de igualdades se acrecentó con los años, hoy tenemos un país mas desarrollado con grandes tiendas comerciales donde tenemos grandes créditos, sin embargo, esto también llegó con un acrecentado individualismo y además de nuestras diferencias políticas entró al escenario nuestra indiferencia.
Aysén vive días difíciles la represión policiaca ha sido dura, y los problemas de los ayseninos están lejos de resolverse, sin embargo lo mas preocupante es la lucha solitaria que dan nuestros compatriotas, podríamos decir que los mas de mil seiscientos kilómetros que separan Aysén de Santiago no ha sido motivo para no informarnos de lo que sucede allá, pero si ha marcado una indiferencia de la mayoría de los chilenos que lejanos de aquellos años en que compartíamos juntos una pelota de plástico, o de aquellos años en que nuestros vecinos eran parte de nuestra familia, o de aquella solidaridad que se manifiesta en una teletón. Estamos marcados por diferencias políticas, por globalización y por individualismo el que nos lleva a una inapetencia por el dolor del otro, el que nos convierte en meros espectadores de los problemas que finalmente nos incumben de una u otra forma a todos ¿o ha alguien no le importa que suba la bencina? Todos estamos afectados por este mal traer del gobierno en donde la indiferencia por el mal manejo ante problemas de delincuencia y drogadicción, de pobreza, de igualdad y de educación no han encontrado un camino real de solución.
 La indiferencia, la individualidad, el echo de estar apretujados en el metro a la hora de mayor fluencia, nos ha llenado de celulares encendidos, de miradas a la nada, de silencio cómplice, de empujones, de rabia retenida, de resentimiento, de no importarnos nada, de finalmente pensar que los problemas de los ayseninos no son los nuestros y, que cuando a nosotros ¡quizás! nos toque salir a la calle a manifestar nuestros sinsabores estemos solos.
Nos hemos convertido en un país indiferente, lejos de los valerosos Caupolicanes y Galvarinos, lejos del sufrimiento de los nuestros; estamos llenos de realites y farandula, de celulares de última generación, de grandes conciertos, tenemos de todo, pero hemos perdido humanidad ¿somos o no somos chilenos?

La Olla

  La Olla. La familia Barrera estaba sentada a la mesa; era la hora de almuerzo y esta vez a diferencia de los días anteriores la sopa tenía...