sábado, marzo 20, 2021

 Toda

Te quiero toda para mí
En la luz y la oscuridad
En el sudor y la risa
En la caricia y el dolor
En el frio y en el calor.
Te quiero toda para mí
En los te quiero y el si
En la mentira y la verdad
En la lujuria de tu boca
En el clamor del amor
En el desenfreno y el dulce olor.
Te quiero toda para mí
Siempre, por una eternidad
Por la claridad de la luna
Por el perdido pudor
Por el sin sentido del amor.
Te quiero aquí apegada
Alargada,
Con el corazón de par en par
Contigo en mi boca
Con la eternidad del.gozo
Con el suspiro de la muerte.

 Hay suficientes piedras, de variadas formas y tamaños.

La utilidad también es variada
Mi mujer por ejemplo es coleccionadora de piedras, en casa hay una variedad enorme. Ninguna de ellas está intervenida solo adornan.
Recuerdo una vez que siendo niño jugué por dos largas cuadras, lanzaba la piedra levemente era entretenido verla rodar, aunque su forma no era precisamente cilíndrica.
La otra fue en una noche en que caminaba a casa por una calle en Brasil y en medio de la vereda una gran piedra, redonda, oscura, estaba colocada como un tiro de penal. Le di una patada de tal forma que está se levantó por los aires, solo que no era una piedra sino que una rana que finalmente me asustó.
Quién no se sentó alguna vez en una gran piedra de un río.
O quién no lanzó piedras al lago para hacer que está rebotará en la superficie.
O caminando por la playa, cuántas piedras me puse en el.bolsillo.
La piedra que escribí con tu nombre
La piedra que lance a mi enemigo o la piedrecilla que guardé con cariño.


 La primavera

en las poblaciones se ve a pinceladas en pequeños jardines caseros o en plazas estrechas.

Mi vecina dejó un ciruelo en su patio, muy junto a él un limón se encumbra sobre mi techo.
En el pasaje cuatro empecinados algunos almendros suben por los cables eléctricos.
La primavera en las poblaciones está a pedazos como si todo fuera un rompecabezas.
El cemento estrecha el pasto que crece como invasor.
El paisaje primaveral en las poblaciones está configurado con canchas sintéticas, con plazoletas oxidadas.
Un detalle que siempre asombra es que la cordillera siempre se ve a pesar de las altas torres.
La primavera en las poblaciones se puede escuchar en los lamentos de amores que escapan de los estrechos cuartos junto al curioso pájaro que picotea la ventana .
La primavera en las poblaciones estremece los huesos de los viejos.
La primavera en las poblaciones es una voz que brota.

 Apariencia

La vecina Nora, es descrita como una vieja copuchenta.
La vecina Nora vive en la casa de reja blanca, se le ve regando usualmente su pequeño jardín. Es pequeña y camina rápido, su cabello es corto y muy blanco, siempre viste con un delantal muy colorido, de dos bolsillos, donde siempre coloca sus manos grandes en comparación con su cuerpo pequeño. La señora Nora no saluda a ninguna vecina pero, si habla con todos los perros del pasaje. Dicen que es copuchenta porque siempre se queda atenta cuando algunas vecinas conversan. Se le ha visto estar tras las cortinas de la ventana de su casa que da a la calle, observando a los vecinos. A la señora Nora no la visita nadie y ningún vecino a podido entrar a su casa. La vecina Carmen que vive contigua a la casa de la señora Nora, siente cierta curiosidad por lo que pueda encontrar adentro de la casa de su vecina y más de alguna vez a puesto el pie antes que la Señora Nora le cierre la puerta en su cara, para dar una ojeadita.
Un día la Señora Nora no tuvo otra opción que pedirle ayuda a su vecina para correr un mueble. La vecina Carmen limpió sus manos en su delantal y pidió permiso para entrar. La casa estaba pulcramente limpia y ordenada. Había libros por todas partes y sobre la mesa una máquina de escribir con una hoja con un escrito que llegaba a media página.
Cuánto libro tiene usted vecina.
Si, tomé de ahí por favor.
Los leyó todos?
En su mayoría, empuje señora Carmen
Debo confesarle que yo amaría leer
Si quiere le puedo prestar un libro. Hacia la derecha, un poco más. ¡Ahí, ahí !
Me encantaría pero la verdad es que no sé leer mucho.
Pero, vecina venga por la tarde y podemos leer juntas.
Y así lo hicieron. La señora Nora estaba feliz con su primera amiga.


 Hay un pájaro que canta todas las mañanas en algún lugar de mi ventana. Parece que me está observando y apenas abro mis ojos comienza su melancólico canto. Como si supiera de la tristeza que llevo, como si estuviera atento a cada uno de mis pensamientos. Él solo canta y no se deja ver, lo hace escondido en medio del paisaje inmenso que sigue a continuación de mi ventana. No he podido verlo y eso es misterioso. Tal vez ella lo envía cada mañana. Tal vez, cómo saberlo? Solo sé que esa música me estremece de tal manera que siento como ella revolotea en mi corazón que la llora pero, no la espera.

Parece que cuando avanzo

 Parece que cuando avanzo

Algún dolor nuevo nace en alguna parte de mi cuerpo.
He culpado a la primavera de estos males, ello porque es ahora cuando millones de nacimientos se están produciendo y todo parto es doloroso, hay un grito enorme de belleza que sorprende a nuestros ojos y enamora nuestras almas. Se abre una gama enorme de colores y vida. Nos topamos con lagartijas tomando el sol, mariposas revoloteando en el jardín, abejas con sus patas embetunadas de polen. Hay un aroma a vida que se esparce por la tierra. Nuestros cuerpos cambian, unos se embellecen, otros cuerpos se estremecen en medio de tanto bullicio de amor brotando. Parece que cuando avanzo la primavera va brotando.

La Olla

  La Olla. La familia Barrera estaba sentada a la mesa; era la hora de almuerzo y esta vez a diferencia de los días anteriores la sopa tenía...