lunes, enero 23, 2012

Brasil


BRASIL   ¡tararararara raa!  BRASIL


El sol se asoma por mi ventana y de ninguna manera tímidamente, lo hace irremediablemente para sacarte de la cama, son las siete de la mañana y de aquí a unos minutos iniciare mi caminata matutina por las calles empinadas de esta hermosa ciudad que es Americana y que se ubica en el estado de Sao Paulo.
A pesar de que todas las mañanas leo por internet los diferentes diarios que circulan en Chile, incluyendo el prestigioso Puente Alto al día y escucho las noticias en la radio, siento a diferencia de cuando se está allá una lejanía con tanta politiquería que se desparrama en todos los medios de Chile y lo politizado que somos los chilenos, no puedo negar que aquí existen los mismos problemas sociales que tenemos en nuestro país, hay continuación en las drogas y las diferentes formas de violencia, todos los problemas globalizados, Sin embargo la vida es menos estresada, los fines de semana una cerveza helada en cualquier lugar obliga a los brasileños a un rito de futbol, zamba, mujeres y alegría.
Todo es tan verde, los árboles se despliegan por doquier y el canto  del Bem Te Vi una ve que se cola por tu ventana no hacen mas que despertar todo tu placer matutino.
El agotamiento y todo el equipaje político que traía se fue quedando en algún lugar del que es mi cuarto ahora, he disfrutado de las diferentes y frecuentes visitas a restaurantes, de los virtuosos paisajes, del futbol que en Chile no veo, de la música y por sobre todo de la grandiosa hospitalidad brasileña. Inmensamente agradecido de mi primo Eduardo, un chileno patiperro, que se quedó en está tierra, que lo acoge con una familia maravillosa.
A veces quisiera no volver y quedarme aca disfrutando de las bondades de esta tierra; volver a comenzar a convivir con la politiquería, con tanta desgracia que nos toca vivir, con el estrés diario, con el vecino desagradable, con las caras largas y apesadumbradas realmente me desanima.
Muchos podrán hablar de la pobreza, de la violencia, de la corrupción brasileña, pero nada podrá cambiar la actitud alegre que tienen los brasileños para enfrentar sus problemas.


En fin, despedirme sin dejar de contarles que una lluvia casi torrencial arrecia por las calles de Americana y yo camino en medio de esa tormenta de polera, bermudas y sandalias literalmente con una sonrisa de oreja a oreja.




La Olla

  La Olla. La familia Barrera estaba sentada a la mesa; era la hora de almuerzo y esta vez a diferencia de los días anteriores la sopa tenía...