MUNDOS OPUESTOS
Quienes hemos vivido toda
una vida en este querido Puente Alto, sabemos y conocemos la nostalgia que nos
provoca la Plaza del centro, de esta hermosa comuna, los árboles centenarios,
la cúpula central, las bancas y los eventos que allí se realizaron, como la
fiesta de la primavera. Hoy la modernidad nos ha entregado una plaza acomodada
a la globalización, bajo ella circula el metro y lo único verde que se ve en la
cimentada plaza son árboles alicaídos y un verde que no ensombrece. Nuestro
pasado era un pasado real del cual disfrutábamos los pocos puentealtinos que
habitábamos esta comuna, hoy, esta se muestra como la mas poblada de la región
metropolitana, si a veces parece que camináramos apretujados por concha y toro.
La plaza de hoy es una plaza echa a la medida de lo que necesitamos, podríamos
decir, que es una plaza política en ella se pueden vislumbrar grandes reformas,
pero que no apuntan a todos los ciudadanos. sino que van entregadas con un
presupuesto que no soluciona ni nos lleva
a lo que fue nuestra plaza querida.
Hace muchos años que al
parecer estamos viviendo en mundos opuestos, por un lado los gobiernos con su
políticas que apuntan a una mentirosa igualdad y por otra, nosotros los
ciudadanos que sentimos que el único futuro que nos espera es rascarnos con
nuestras propias uñas; los políticos gobiernan para cuidar la riquezas de los
todopoderosos de este país, todo para ellos es un avance, pero nosotros
seguimos empantanados en las tarjetas de crédito, en los paseos al mall,
apresados en la caja de los tontos (léase televisión) y utilizando casi todo el
modernismo que se rinde a nuestro paupérrimo presupuesto, sin embargo, los
informes tanto nacionales como internacionales nos muestran como un país que ha
progresado mucho mas que nuestros vecinos y es que nosotros podemos darnos el
lujo de disfrutar en parte de los beneficios que nos da la tan nombrada
economía del capitalismo. Los movimientos sociales apuntan con letanía y
nostalgia a una democracia mas participativa con la intención de dejar atrás la
gran diferencia social que nos separa, pero en todo esto hay alguien que hace
oídos sordos. El gobierno y su reforma tributaria es una muestra de que Chile
literalmente está dividido en dos, ricos y pobres, con una notoria preferencia
por mantener a los ricos mas ricos, pero todos sabemos que esto terminará en un
acuerdo que será histórico para ellos, de un avance importante para la
oposición y de un beneficio que tardará varios años o que tal vez no veremos
nunca, esto porque creerle a quienes mas de una vez nos han gobernado ya es insostenible.
Aún me recuerdo sentado en
una de las bancas de la plaza, bajo la sombra de esos grandes árboles y
sintiendo como el raco daba su pasada por la plaza levantando las hojas inventando
un futuro para mi, lo que no sabía es que los políticos lo venían diseñando a
su antojo y yo no estaba, al igual que muchos chilenos en los planes de ellos.