La última estancia
Aquí no hay noche o día, más bien solo noche, solo se escuchan susurros, largos y dolorosos susurros, avanzamos una y otra vez avanzamos. Somos miles de hombres.
No sé cuánto tiempo llevo aquí. Solo se avanza hacia una pequeña luz y ya estoy cerca de ella muy cerca, puedo sentir que mi corazón se agita, tengo miedo, mucho miedo, tiemblo en mis últimos pasos. Veo que me espera un pequeño escritorio, sobre una esquina una lámpara y un hombre que escribe, atrás de el una vieja pared de ladrillo y casi encima de la cabeza del hombre un cartel con letras grandes que dice "Creador de Oficios".
Aquí no hay noche o día, más bien solo noche, solo se escuchan susurros, largos y dolorosos susurros, avanzamos una y otra vez avanzamos. Somos miles de hombres.
No sé cuánto tiempo llevo aquí. Solo se avanza hacia una pequeña luz y ya estoy cerca de ella muy cerca, puedo sentir que mi corazón se agita, tengo miedo, mucho miedo, tiemblo en mis últimos pasos. Veo que me espera un pequeño escritorio, sobre una esquina una lámpara y un hombre que escribe, atrás de el una vieja pared de ladrillo y casi encima de la cabeza del hombre un cartel con letras grandes que dice "Creador de Oficios".