sábado, febrero 06, 2010

Si llegara a venir, no olvide su chaleco de lana


Ha sido un verano frió, aquí en la ciudad de La Serena, las bajas temperaturas no sólo se han debido al clima sino que también la baja de turistas han complementado un verano frió y apaciguante, esto a diferencia de Santiago que a los pasos de la muñeca gigante era acompañada por miles de personas.
Los precios de los arriendos han tenido una fuerte baja, casas que se arrendaban por veinte y cinco mil pesos diarios bajaron a quince mil, hace unos días las playas recibían la visita diaria de los argentinos, hoy, estos en su mayoría la han dejado y el turista chileno se viene al abordaje, la esperanza de que este verano mejore para las personas que se sostienen del turismo veraniego se sostienen en estos turistas que ya han demostrado que vienen con una severa dieta en sus bolsillos.
La culpabilidad de está baja de turistas en esta ciudad la tienen las elecciones, que retrasaron la llegada del visitante, luego la incertidumbre de que es lo que hará el nuevo presidente electo ha sumado que muchos opten por estar lo mas cerca de casa y se bañen con los espectáculos que ofrece el gran Santiago.
La avenida del mar tampoco coopera con lo esperado por los turistas, está luce con sus basureros repletos, basura que se repliega por la arena y que al parecer puede tomar sol tranquilamente.
Las ferias de artesanía que en otros años tenían un prestigio nacional, hoy lucen flamantes un comercio persal, además la ciudad carece de espectáculos renovados y cae en una apretada agenda ya muy vista por todos.
Así la ciudad de La Serena ha caído en una letanía que sumada al frío de las noches hace olvidar que esta fue una ciudad turística en donde estacionarse en la avenida del mar era por la tarde claramente imposible.
La entretención generalizada es escapar del las aguas vivas que sobrepasan a los bañantes, paletear y sorprenderse por las huidas de los ambulantes que corren inútilmente para no ser atrapados por la policía.
En fin, un verano que acoge a un verdadero turista su edil que sencillamente sorprende.

La Olla

  La Olla. La familia Barrera estaba sentada a la mesa; era la hora de almuerzo y esta vez a diferencia de los días anteriores la sopa tenía...