Hoy por la tarde entró una joven haciendo un cuestionario era para saber como nosotros los pacientes vemos nuestra atención, todo parece tener un casi siete cuando la nota es de cero a siete. Cuando llegamos a la pregunta de cómo encontrábamos el baño, mi mirada se fue hacia la ventana cómo buscando un escape, no sabía si mentir o decir la verdad. Al frente mío un hombre de setenta y tres años que estaba de alta y ante la pregunta de si había hecho sus deposiciones dijo que no, entonces no se podía ir hasta que lo hiciera, le pusieron algo para que fuera al baño. Esa misma pregunta se me había formulado a mí y sin titubear dije que sí, aunque estaba mintiendo, también estaba de alta y quería irme lo más pronto posible.
A eso de las once de la mañana tomé mis bastones y me dirigí lentamente al baño, pregunté a una de las personas que estaban cerca, si había alza baño, se me dijo que la primera puerta tenía alza baño, abrí la puerta y allí estaba el alza baño adosado a la taza, de su lado dos manillas pegadas a la taza para afirmarse y bajar con lentitud, cuando estuve sentado mis piernas estaban juntas, los fierros para afirmarse aprisionaban mis caderas y todo lo mío quedaba fuera de la taza, es decir si hacia algo la orina iba a salir hacia arriba, mis cachetes apretados ¡dios! sentí que allí sencillamente iba a quedar la caga. Desistí y me levanté salí de ese baño absurdo, estrecho con las paredes con oxido, los lavamanos llenos de agua y con una ducha que colgaba sobre una silla quebrada. El baño era horrible.
Reclamar que lo reparen parece una inutilidad, en este país siempre los presupuestos para estos caso son desbordantes; mi compañero de cuarto que es maestro dice que arreglar el baño y dejarlo tiqui-taca saldría como cuatro millones de pesos, más que seguro que las empresas superarían los treinta millones de pesos, siempre nuestra raza anda viendo como robar.
La señorita me miró y repitió la pregunta ¿Qué nota le pondría los baños? Un cero le dije alzando la voz, liberándome y sintiendo que en algo aportaba a un baño digno.