lunes, mayo 06, 2019

Balmaceda 1215

Tomó el bus chapulín y se bajó en la Plaza de Puente Alto desde allí enfiló hasta la calle Balmaceda, buscaba la casa de su abuelo la que visitaba por primera vez. Balmaceda 1215 y estaba en el 480 suspiro y se dio el ánimo para caminar el resto de las cuadras que le faltaban,  era una mañana agradable de otoño y una brisa fresca bajaba de la cordillera ligeramente tibia. Gonzalo se arregló el sombrero que cubría su cabeza, agarró con firmeza su pequeño maletín y comenzó dando trancos largos para alcanzar la numeración deseada.
Su padre lo había enviado a la casa de su abuelo ya que este hace varias semanas que no aparecía por casa, cosa que hacía por costumbre; el viejito a pesar de sus noventa y cinco años llegaba caminando a la casa de su hijo y eso le tomaba casi una hora. ¿Por qué no me dejas que te vaya a buscar papá? Le preguntaba el hijo, pero su padre sentía que era la mejor entretención que le daba la vida a esos años; caminar era un grato placer.
Siempre antes de salir de casa Don Sebastián se tomaba un gran vaso de vino con harina tostada, una chupilca que le daba la fortaleza necesaria para llegar a la casa de su hijo.
Gonzalo sentía además de cariño `por su abuelo, cierto grado de admiración por la vida que había llevado su abuelo, ser arriero y llevar animales hacia la argentina era una aventura llena de travesías que el abuelo narraba con lujo de detalles a su nieto Gonzalo.
La más notable es cuando en la cordillera una tormenta de nieve lo atrapó en plena cordillera y para protegerse de las heladas en su carpa metió dos ovejas que dormían con él y le ayudaban a sentir el calor necesario para protegerse del frio, para que las ovejas se quedaran quietas se le ocurrió la idea de darles pastillas para dormir, de esta manera las ovejas dopadas dormía largamente durante la noche. Lo que sucedió después es que las ovejas lo buscaban por la noche para dormir.
A la altura del mil su corazón sintió cierto nerviosismo, ahora toda su atención se volvió a la enumeración y disminuyó el tranco.
1215, una vieja casa se mostró ante sus ojos, un estrecho jardín la adorna el frente de está, se veía descuidado, una ventana permanecía media abierta y la roída puerta de madera parecía fuertemente cerrada. Abrió la puerta de la reja y dio dos cuidadosos pasos hasta llegar a la puerta donde golpeo fuertemente con sus nudillos.
Pasado unos minutos el anciano abría la puerta y saludaba cariñosamente a su nieto, más tarde compartían un mate y unas tostadas. Don Sebastián estaba bien y solo no había ido porque ya sentía que sus piernas no le acompañaban en su caminata a la casa de su hijo. Y ambos quedaron en acuerdo que él junto a su padre vendrían por él.
En casa de Gonzalo sus padres después de escucharlo tomaron la decisión de ir a casa de su padre y traerlo a vivir con ellos, aunque sentían que sería difícil convencerlo.
El sábado por la mañana dos días después de la visita de Gonzalo a la casa de su abuelo la familia se preparó para ir a buscar al adorado abuelo y padre.
Cuando llegaron a la casa del abuelo y a pesar de la insistencia para que abriera la puerta nadie salió, un vecino sintió los ruidos y les explicaba a los parientes que Don Sebastián  había sido llevado de urgencia al hospital donde había muerto hace dos semanas ante el asombro de Gonzalo que se quedó paralizado.

La Olla

  La Olla. La familia Barrera estaba sentada a la mesa; era la hora de almuerzo y esta vez a diferencia de los días anteriores la sopa tenía...