sábado, octubre 03, 2015
Me muero de tu palabra en mi boca maldita
de los espantos de madrugadas,
de los cielos que se agolpan en mi ventana
me muero asfixiado por mis huesos
por mis manos pesadas al tacto infinito de tu cuerpo
me muero en el silencio frío del invierno
en los parpados harapientos del sueño
muero de día y de noche
muero de tierra que se adentra en mi alma
muero porque quiero morir
porque he quedado solo en este cielo infinito
porque me desangro en la puerta
de tu casa
porque decaigo en los recuerdos
de un amor desquiciado
muero a pedazos como tantos otros
que se fueron hundidos en sus cuerpos de hojalata
muero por morir
porque es designio de dioses
muero con los dientes apretados
muero de algún designio olvidado
muero porque quiero morir.
de los espantos de madrugadas,
de los cielos que se agolpan en mi ventana
me muero asfixiado por mis huesos
por mis manos pesadas al tacto infinito de tu cuerpo
me muero en el silencio frío del invierno
en los parpados harapientos del sueño
muero de día y de noche
muero de tierra que se adentra en mi alma
muero porque quiero morir
porque he quedado solo en este cielo infinito
porque me desangro en la puerta
de tu casa
porque decaigo en los recuerdos
de un amor desquiciado
muero a pedazos como tantos otros
que se fueron hundidos en sus cuerpos de hojalata
muero por morir
porque es designio de dioses
muero con los dientes apretados
muero de algún designio olvidado
muero porque quiero morir.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
La Olla
La Olla. La familia Barrera estaba sentada a la mesa; era la hora de almuerzo y esta vez a diferencia de los días anteriores la sopa tenía...