Recién llegando de la terapia, cansado y con mucho calor. Me meto a la ducha, siento la frescura del agua fría, me quedo cabeza gacha mientras el agua cae sobre mi cabeza y recorre mi cuerpo, me voy mojado al living; me acuesto en el sillón, enciendo el ventilador y cierro los ojos para sentir el golpetear de las olas, la brisa marina que levanta un poco de arena, para quedarme así medio dormido hasta el ocaso.