martes, julio 08, 2008

Mi Cuñado


Terminaba de cortar las plantillas de diario para colocarlas en mis zapatos regalones cuando mamá me dijo “apúrate o vas ha llegar atrasado” y es así como salí corriendo de casa, como todos los días llegué, puntualmente. En el colegio todo parecía desordenado no se sabía si los profes harían clase o no, para nosotros era el momento de entretenerse y aprovechar de jugar ajedrez. Cuando había pasado un buen rato se sintió un tremendo estruendo y alguien dijo están volando la moneda, era 11 de septiembre de 1973, de inmediato nos hicieron volver a casa, me fui caminando asustado sin entender mucho lo que estaba pasando, al llegar a la esquina me topé con el Cristián Días un amigo de la iglesia que mas tarde fue exiliado, está sería la última vez que lo vería en mi vida.
Una vez en casa mi padre estaba en el patio enterrando su carnet de comunista y otra serie de papeles ¿estamos en guerra papá? Pregunté asustado; tenía quince años y aún no entendía que estaba sucediendo, si tenía claro que los milicos habían tomado el poder.
Los días posteriores no salíamos de casa había toque de queda y yo miraba por la ventana como pasaban los pacos y los milicos por la calle correteando a quienes salían a gritar por las noches. El domingo por la mañana encontré una foto de Allende que mi papá no logró quemar, era un pósters como de un metro cuadrado, lo desenrollé y sin pensarlo dos veces salí a la calle- tenía quince años- lo levanté y comencé a gritar ¡Allende! ¡Allende! Hasta que aparecieron los milicos en la esquina del pasaje de arriba, alcancé a ver que uno de ellos me apuntaba, fue entonces que escuché la voz de mi madre diciendo ¡éntrate hijo por amor de Dios! Y yo corrí hacia la puerta de entrada, se sentían tiros; mientras mi madre me abrazaba yo veía en la foto de Allende un orificio en el medio de su frente.
El año 1993, la familia se juntó en casa de los papas, estábamos celebrando nuestro regreso a Chile yo tenía una hermosa señora y dos hijos, esa noche mí cuñado se acercó a mí y me dijo - me debes la vida- ¿por qué? Pregunté curioso. Te acuerdas esa mañana en que saliste a la calle con un póster de Allende- sí claro que me acuerdo. Yo estaba haciendo el servicio militar y mi capitán al verte en la calle, me ordenó disparar, está claro que falle a propósito y dio una risotada. Ese día entendí que mi cuñado no era tal. Y que si hubiera otra oportunidad no fallaría.

La Olla

  La Olla. La familia Barrera estaba sentada a la mesa; era la hora de almuerzo y esta vez a diferencia de los días anteriores la sopa tenía...