lunes, septiembre 22, 2014

                                     
                                         FLUJO ECONÓMICO


Cuando la televisión y otros medios informativos nos incentivan a disfrutar de los diferentes lugares en donde se puede celebrar el 18 de setiembre, uno siente casi, una obligación de ir en busca de una buena empanada, un vaso de chicha dulce en mi caso y un obligatorio terremoto, digo obligatorio ya que nos hablan insistentemente de este trago que podríamos decir, que es un trago impuesto.
Hoy por la mañana y lejos del día primaveral que esperaba, salí  a la calle como renovado con tanta algarabía pasada en estos días festivos; el frío matutino me hizo llevar las manos a los bolsillos y fue entonces y sólo entonces que me dí cuenta que estaba absolutamente desacelerado y mi economía porcentualmente había bajado mas del cincuenta por ciento y con suerte tenía plata para el pasaje del metro y un lijero completito para el almuerzo. En el pasado quedaba el asado, las papas mayo y las ensaladas; ahora abría los ojos y veía mi deprimente futuro, había que pagar las cuentas habituales agua, luz etc.y las inevitables tarjetas de crédito; sentí una especie de arrepentimiento, pero luego me dije: a lo echo pecho. Debía buscar una solución opte por la reprogramación de las deudas, otra opción es esperar la opción que pronto entregara el pato de la tele, es que los bancos están preparados para estas crisis, ellos siempre están pensando en el futuro de los chilenos.
En el camino a la pega un weon pasaba por mi lado y descaradamente llevaba una bolsa conteniendo dos grandes gabinetes de billetes de veinte mil pesos de un asalto a un camión brinks, es la moda de hoy, ni un paco a la vista le dije: déjate una lukita! sonrió y siguió su camino hasta la esquina donde tomó un taxi y desapareció. ¡Que cara de palo! pensé.
Cuando llegué a la pega me di cuenta que la mayoría de mis compañeros de labor estaban tan desacelerados como yo; mas tarde cuando veía en las noticias que el gobierno decía que para desacelerar la economía había que  incentivar el gasto público. Fue entonces que me dije: ahora si que estamos cagao!


La Olla

  La Olla. La familia Barrera estaba sentada a la mesa; era la hora de almuerzo y esta vez a diferencia de los días anteriores la sopa tenía...