martes, marzo 06, 2018

El viaje

Mi tía Valquiria hace nueve años que vive en Italia, y hoy su deseo más grande es volver a Chile de visita para ver a sus hermanas; es por ello que sus sobrinas atendiendo a la nostalgia de la tía le compraron un pasaje de ida y vuelta a Chile. Mi tía en las mañanas, luego que mi tío se va a su trabajo, toma los pasajes y los observa detenidamente mientras su mente la lleva a su país natal, se ve llegando y observando la nevada cordillera, eso porque su viaje lo quiere hacer en invierno, además puede sentir el olor a humedad de la tierra, los aromas de las verduras y los largos abrazos que dará a sus hermanas; primero visitará a la menor, mi tía Doris que ya tiene unos 67 años, luego irá donde su hermana mayor la tía Elvira que tiene alrededor de 75 años tres años mayor que ella. Les contará como es el país donde vive, lo grande que están sus hijos y las ganas terribles que tenía de comer una cazuela. Lo otro que quiere hace es caminar por las calles que la vieron crecer y ver el colegio donde estudió; maravilloso sería encontrarse con alguna de sus viejas amigas. De pronto se le llenan los ojos de lágrimas, se va al baño y mientras se ducha enhebra cada uno de los momentos en que ocupará el día de hoy; primero ira a la farmacia, su remedio para el riñón se le está acabando, su presión ha estado alta los últimos días, comprará enalapril y necesita algo para la depresión. Luego irá al supermercado necesita queso se acostumbró a comer pastas casi todos los días como lo hacen los italianos, no sabe cómo lo hará en Chile pero, se imagina que una marraqueta calientita aminora cualquier hambre. Y volverá a casa a hacer el aseo y preparar el almuerzo, sus hijos siempre están hambrientos.
Hoy volverá a insistir en su viaje con su marido, este se opone rotundamente a este; le dice que ella está demasiado enferma para ese viaje. Mi tío se niega por envidioso y egoísta, pero mi tía se siente subyugada a él y no tiene fuerzas para contradecirlo. Sus penas se las cuenta a su vecina la señora Albertina quien siempre la escucha con un cafecito en la mano.
El médico le dice a mi tía que debe intervenirse el riñón lo más pronto posible, eso la amarga demasiado, ella quiere viajar a Chile lo más pronto posible antes de que acabe el invierno quiere sentir el frio y acurrucarse en la cama; les preparará sopaipillas a sus hermanas hace tiempo que no hace pero sabe que le quedan riquísimas.
Mi tía está internada en el hospital de la misericordia, salió bien de la operación, se quedó con un riñón y el médico le aseguró que en nada le afectará su vida, vivir con un riñón es totalmente posible hoy. Sin embargo debe guardar reposo su viaje a Chile lo postergó para el próximo invierno, eso la tiene demasiado triste su amiga y vecina le dice que un año pasará pronto, yo pienso lo mismo eso dará tiempo para convencer definitivamente a mi tío para que la dejé viajar.
Las maletas están hechas y mi tía está con un ánimo sorprendente ha recuperado peso, ya no está tan delgada y ha vuelto a ser la gordita que todos conocemos, sus hijos han comprado algunos regalos para los parientes y mi tío a pesar de su consentimiento está con un humor maldito. Mi tía viajará el quince de julio.
Faltando tres días para el viaje mi tío desistió del permiso y obligó a mi tía a deshacer las maletas- si viajas me separó- le ha dicho. Mi tía a pesar de que todo el mundo le dijo que viajara retiró la reserva y postergó el viaje no se sabe hasta cuándo.
Últimamente mi tía se siente demasiado cansada, solo piensa en dormir a descuidado la casa y solo habla en castellano aunque nunca aprendió a hablar bien el italiano, se le ve muy mal todos sabemos que la nostalgia la está matando y mi tío no da sui brazo a torcer.
Ayer dejamos a mi tía en el cementerio amaneció muerta, se fue en el sueño en sus manos se encontró una fotografía de sus hermanas. Mi tío no tuvo lágrimas para ella y nosotros estamos demasiado tristes.
La señora Albertina dice que mi tía Valquiria se fue a Chile sus hermanas dicen haber sentido su presencia sobre todo cuando toman un tecito con sopaipillas.

Estacionamiento



Voy al supermercado de mi comuna, me estaciono a un costado del supermercado, en ese lugar por la mañana hay sombra. Mi mujer va de compras, me quedo leyendo en la camioneta. Casi al frente mío dos estacionamientos libres, en uno de ellos, el de mi izquierda tiene dos carros del supermercado. Llega un vehículo, es un Chevrolet corsa se ve nuevo, se baja una señora toma los carros y los corre más hacia la izquierda el conductor le indica que debe sacarlos de allí; los deja en el estacionamiento de al lado sin antes apretarse los dedos de su mano derecha que se los lleva a su boca; se baja el conductor y avanzan hacia la entrada. Llega otro vehículo esta vez es una camioneta ford 1500, de esas grandotas, otra vez se baja una mujer es más de edad que la anterior, toma los carros y los desplaza hasta el fondo; no le grita el conductor sácalos. Ella los deja atrás del auto que continúa al de ellos. Cuando el conductor se baja ella pregunta. Están bien los carros ahí? El levanta los hombros y sigue su camino; ella lo sigue. Al rato llegan los ocupantes del automóvil que no puede salir sin antes sacar los carros, es una familia, un hombre joven toma los carros y los empuja fuertemente hacia el frente; estos van a parar a un auto negro se siente fuerte el golpe; el joven y la familia sonríen; se suben al auto y se van. Cuando llega el dueño del automóvil golpeado por los carros, un hombre trabajador del supermercado está sacando los carros, el chofer del auto increpa fuertemente al caballero y le dice que va a reclamar a la dirección. El empleado le dice que vaya se va. Yo vuelvo a leer.

La Olla

  La Olla. La familia Barrera estaba sentada a la mesa; era la hora de almuerzo y esta vez a diferencia de los días anteriores la sopa tenía...