miércoles, diciembre 05, 2007

Reencuentro



Quedé perplejo ante su belleza, su cabello negro caía ondulado sobre sus hombros y sus ojos ¡hay sus ojos! me miraban sonriendo al ritmo de su boca. La conocí un lunes, estaba esperando que me atendieran en el municipio, ella se acercó y preguntó en que podía ayudar. Desde esa vez volví innumerables veces a su oficina preguntando hasta lo mas insólito, hasta que la invité a salir y aceptó.
Nuestras salidas se hicieron frecuentes hasta que enloquecimos de amor; el amor es veloz y nos casamos, tenemos tres hijos y ella, mi dulce amada, a dejado de mirar como lo hacia antes, su cabello luce rubio, teñido, claro está y su andar de modelo se ha transformado en un paso firme cargando mi brazo. Ella olvidó tantas cosas, y yo debo reconocerlo también, siempre llego cansado a casa y después de besar a mis hijos voy en busca de ella, sin embargo siempre está ocupada o viendo televisión, ni siquiera vamos a comprar juntos.
Hoy por la mañana tomé una decisión y volví al municipio en donde nos habíamos encontrado, fuí a la misma oficina y allí estaba, sentada; sonriente mi morena, desde esa vez no volví mas a casa.

La Olla

  La Olla. La familia Barrera estaba sentada a la mesa; era la hora de almuerzo y esta vez a diferencia de los días anteriores la sopa tenía...