De noche se quedaron tus largos besos
que como serpientes voraces
se atragantaban en mi boca prisionera
el deseo irrefrenable de tenerte
tus manos tortuosas rasgándome
tu cuerpo hábil y deseoso
maniquí de tantos otros
porque no eres de mí ni de nadie
lujuriosa, te vas de cuerpo en cuerpo
hasta el amanecer en que eres otra
y te mezclas entre las morenas y rubias
entre las hermosas y las distinguidas
en donde se te confunde con todas
como si de día fueras mujer y de noche
la otra.
que como serpientes voraces
se atragantaban en mi boca prisionera
el deseo irrefrenable de tenerte
tus manos tortuosas rasgándome
tu cuerpo hábil y deseoso
maniquí de tantos otros
porque no eres de mí ni de nadie
lujuriosa, te vas de cuerpo en cuerpo
hasta el amanecer en que eres otra
y te mezclas entre las morenas y rubias
entre las hermosas y las distinguidas
en donde se te confunde con todas
como si de día fueras mujer y de noche
la otra.