martes, abril 25, 2017

Hoy, justo en esta esquina al lado de la casa rosada y enfrente de la casa blanca, donde revolotean los pájaros y los perros ladran a los autos; entra un viento fuerte cordillerano, frio, de esos que calan los huesos y atraviesa el pasaje dejando un halo de hielo que se rompe con el cristalino sol matutino. Así llega el presentimiento de que viene el invierno como si el otoño durara unos días y se marchara con el Tito que con sus 99 años aún sigue vivo, en esta esquina sentado en una banca afuera de la casa blanca, allí dice el vecino que espera lo venga a buscar la muerte o se lo lleve el frio.
Me duelen las voces del olvido
El odio vivo
La verdad oculta
La ceguera perpetúa
La voz que le miente al oído
La mano que aún se siente opresora
Me duelo lo sufrido
Me duele que no se hayan ido
Que aún pululen por las calles
Que se crean inocentes
Me duele que aún esperemos el perdón
De los cobardes soldados
Que asesinaron y torturaron
Escuchen bien NI PERDÓN NI OLVIDO.

La Olla

  La Olla. La familia Barrera estaba sentada a la mesa; era la hora de almuerzo y esta vez a diferencia de los días anteriores la sopa tenía...