martes, octubre 21, 2008

Indolencia


Nada mas doloroso que sentirse triste, es algo que no pasa a menudo, sino que simplemente sucede, eso puede ser por azar, ya que estás muy alegre y algo inesperado te entristece profundamente,. O también te puede entristecer, algo que es más común, -alguien te engaña, cosa que tampoco de ninguna manera esperabas y que se transforma casi en una traición, o por muerte hasta de un inofensivo animalito, el listado de tristezas pueden ser largas, quizás inacabables.
Eso es precisamente, lo que le pasaba a mi querido amigo Carlos, estaba triste. Divagamos en su tristeza, varios días para saber que la producía, las razones parecían dispersas y las fuimos agrupando por tema, para descartar más rápidamente. Finalmente creímos que pudiera ser la falta de Dios, sin embargo si esa fuera la razón, Dios habría ido en su ayuda, y eso aún no pasaba, entonces pensamos en que tal vez la consecuencia de su tristeza estaba en la gente que con sus intereses propios, celos, avaricia, envidia, poder, le terminaba tocando la sensibilidad de Carlos, entonces era la hora de buscar una solución; la mas cercana era actuar de la misma manera, pero Carlos era lo que menos quería, pero amigo mío le dije tú debes entender que tú también eres de carne y hueso y sin querer escuchar mas nada se marchó.
Pasado unos días Carlos no quería salir del apartamento donde vivía sólo, y así permaneció por varias semanas. Definitivamente estaba con una fuerte depresión. Finalmente lo encontraron muerto, en sus manos una carta que decía – tal vez hice mal en quererlos demasiado.

La Olla

  La Olla. La familia Barrera estaba sentada a la mesa; era la hora de almuerzo y esta vez a diferencia de los días anteriores la sopa tenía...