miércoles, diciembre 12, 2018

Un mes navideño


A pesar del anuncio de un día muy caluroso, amaneció nublado y un poco helado así lo anunciaron mis rodillas, me apresuré en levantarme ya que podría llegar atrasado a mi terapia. Este mes es un mes de mucha agitación, las personas andas desaforadas en las calles comprando sus regalos navideños. Para mí la celebración de la Navidad ha tomado otro rumbo. La emoción que me dejó el más impresionante regalo de navidad, lo tuve a mis trece años cuando descubrí casualmente que por la ventana, mi padre, estaba pasando una bicicleta y la ilusión de que el viejito pascuero se desvanecía, sin opacar de la alegría de recibir la bicicleta solicitada. Cuando, “el viejito me entregó la bicicleta” una Oxford roja radiante no fue en salir a dar la primera vuelta con toda la emoción a cuesta, mi alegría desbordaba en cada pedaleada y aunque no tenía la experticia de andar en bici, aceleré con toda las fuerzas que mis piernas dieron y me fui derechito a un árbol que se cruzaba en mi camino, entonces opte rápidamente la bicicleta o yo, y lance la bicicleta hacia un lado y yo, me abracé al árbol con un grito de dolor.
Hoy, a la distancia ese momento me parece casi mágico, ayer mi mujer y mis hijos preparaban el arbolito de navidad, lo hacían felices, con música, con baile y una alegría que los desbordaba. El árbol quedó precioso.
Muchas de mis navidades después de los regalos y al pasar de las horas mi padre nos daba la decepción de todos los años, se emborrachaba y comenzaban las discusiones y los llantos, me costó mucho olvidar eso, cuando se acercaba la navidad lo único que quería era desaparecer con el viejito pascuero. Ya adulto miraba desde lejos y la verdad que no disfrutaba la navidad; sin embargo mis hijos y mi adorada señora, que sueña con pasar una navidad en medio de la nieve, me inculparon el verdadero amor por esta fecha maravillosa, los regalos son preparados con anticipación, se planifica la cena y como ya conté, el arbolito tiene su tema y su significado cada año, este es el color rojo, un color del amor, de la pasión, del corazón.
En casa puede sentir la tranquilidad e imagino a la gente aglomerada en las calles.
Un pájaro picotea el jardín, mientras yo muerdo una cereza jugosa, mi perro se detiene a la entrada de casa, se echa y levanta su cabeza oliendo la brisa suave que mece las hojas de mi jardín.
La navidad es un encuentro familiar, para abrazarse, quererse, decirse cosas, regalar amor y porque no leer un buen libro.

La Olla

  La Olla. La familia Barrera estaba sentada a la mesa; era la hora de almuerzo y esta vez a diferencia de los días anteriores la sopa tenía...