miércoles, septiembre 02, 2020

Sábado

 Las noches se han hecho pegajosas como si no pudieran salir de nuestros ojos muy abiertos por el insomnio.

Un vaso de leche sobre el velador parece obligar a mi.mano derecha para que lo tome y de un sorbo como para enjuagar la boca seca.
Enciendo la luz y la noche queda pegada en mi ventana como un cuadro de algún pintor realista.
En la página ciento veinte y seis del libro que estoy leyendo descubro que el protagonista Kafka tiene un notorio sentido del humor.
Dejo el libro muy cerca del vaso de leche, mi velador está absolutamente ocupado. Hay un cuaderno y un lápiz, un perfume, el libro de kafka, un corta uñas, unos cuantos continentes desparramados, un trozo de vela y una lámpara que a veces dejo encendida toda la noche.
Vuelvo a quedar a oscuras y nuevamente la noche se abalanza sobre mi cuarto donde solo puedo vislumbrar el viejo ropero, un estante y mi ropa que cuelga de un perchero.
Un avión cruza de norte a sur y una estrella se deja ver en una noche nubosa.
Una vez más haré un intento por dormir .

Haciendo Ferias

 Haciendo ferias de artesanía en Brasil.

1986 - 1990
Llegamos alrededor de las tres de la mañana, tomaos un taxi en el mismo terminal y nos dejó en la plaza, allí nos quedamos sentados en los bancos, fumamos un cigarrillo y optamos por dormir nos acomodamos en el duro banco de la plaza de esa ciudad brasileña, el bolso se convirtió en almohada y una que otra chaqueta cubrió mis pies, así dormimos hasta las seis treinta de la mañana cuando ya el sol calentaba.
A eso de las once de la mañana ya teníamos armado el modulo o barraca como se llaman en portugués, por la noche la cama era la parte de abajo del módulo, encima de unas tablas que a pesar de lo duro con el tiempo se hizo una costumbre y ya no dolían las caderas, pocas veces pasamos frío. A no ser una vez que llegamos a una fiesta de iglesia y que por llegar tarde no alcanzamos lugar y quedamos fuera de la feria de artesanía, era un pueblo tan pequeño que las pocas residenciales que habían se llenaron y no nos quedó otro que dormir bajo una mesa de ruleta de esas que se usan en las fiestas para jugar lotería, allí pusimos unos cartones en el piso y nos cubrimos con diario y ropa que teníamos, el frío era tan intenso que desperté a mis amigos y les dije que era mejor caminar, asó lo hicimos hasta que amaneció y la alegría de recibir el solcito fue inmensa.
Pocas veces tuvimos la oportunidad de dormir en alguna pensión, siempre la persona para la que trabajábamos prefería lo más económico. Dormir en el puesto. Una vez llegamos a una ciudad al sur de Brasil, Varginia en ella el municipio nos sío la posibilidad de dormir en unos camarines de un gimnasio, lo malo es que no había frazadas y nos cubrimos con colchones que en nada apaciguaban el frío.
Recuerdo siempre despertar con el ruido de los autos o de las personas que comenzaban a pasar por la plaza donde estábamos.
No sé si hoy esa sea la razón de que me duelan los huesos, pero si recuerdo que si bien en un comienzo fue duro con el tiempo dormía plácidamente como si estuviera en la mejor cama..

 Hoy, me miré al espejo y me vi como me estoy haciendo de letras. Tengo algunas en el empeine del pie que tienden a molestarme cuando me pongo los calcetines. Otras se ubican en los brazos y una mayúscula en el tórax. Me llama la atención de sobremanera unas que tengo en la espalda que se agrupan como queriendo formar una frase. A veces siento temor de no poder sacudírmelas como las que hice con algunas recién nacidas.

Debo reconocer que disfrazo lo que me está sucediendo con ropas que cubren mi cuerpo cuando salgo a la calle. A pesar de ello un día descubrí una saliendo entremedio de la manga de mi chaleco a la altura del puño de mi brazo. Lo hacia con autoridad y casi con vida propia, esa impresión me dio después de observarla detenidamente.
En los momentos en que tomo un libro y comienzo a leer siento que mi cuerpo se aviva, como si las letras se acomodaran y pusieran toda su atención en la lectura. Siento que eso les da vida.
Seguir con este proceso es algo que no sé si me acomoda. ¿A quién más le podría pasar? a quién más.

Brebaje

 Dejé al remojo unas palabras

Lo hice con vino blanco
Fue por un par de horas
Agregue azúcar, canela y una que otra coma
Luego a fuego lento
Por casi media hora
Esta receta simple
Lleva otras cosas
Usted si quiere le puede agregar
Para hacerla más fuerte una palabrota
Yo guardaré el secreto
De los otros insumos
Por respeto a la señora
Que me confió
Este brebaje que dijo ella
Cura de cualquier cosa
Beba a sorbos
Uno cada hora
Yo para ser sincero
Lo probé
Y aunque lo.primero fue un sorbo
Lo otro fue al seco
Sin sozobra
Debo reconocer
Que el efecto es que ahora
Me miro y palpó
Que algo parece más grande y me sobra.

Huir

 Llevo horas parado en la entrada de casa tomando sol, con unas ganas locas de abrir la reja y echarme a caminar sin rumbo y aunque me he acercado un par de veces con la clara intención de romper el candado, he optado por mantenerme sobrio, mientras pasa uno que otro vecino y me saluda, uno tuvo la clara intención de burlarse de mi encierro pero, justo cuando iba a decir algo le di vuelta la cara y se vio obligado a seguir su camino. Ahora en un acto sin precedentes fui en busca de la llave y sigilosamente sin que nadie de casa se percatara comencé a abrir el candado, cuando desplazaba la reja con mi mano izquierda llegó mi perro ladrando, hubiera en otra circunstancia tomado a mí regalón y lo hubiera encerrado pero, hoy lo hice cómplice y juntos salimos a la calle el se fue en dirección a la cordillera y yo lo seguí dando grandes zancadas mientras pensaba que cuando lo atrapará volveríamos a casa como si nada.

 La noche está muriendo con tantos ojos abiertos.

Insomnio

 Son pocos los que

Duermen,

Sus ojos están
Como fantasmas
Abiertos a la noche.
En silencio
Suspiran
Hablan de nada y de todo
Mientras miran el techo.
Luego se dan cuenta que están solos,
Deliran
Pensando que algo los hará dormir
Como si ese fuera el principio de todo
Dormir un poco
Ese es el fin.
Se acuerdan
como se quedaban dormidos
En las micros
En la playa
O después de hacer el amor.
Nada los ayuda
A quedarse dormidos
Y siguen locamente despiertos.
Algunos prefieren morir
A seguir despiertos
Que inmensas ganas de dormir tengo
Dice Juan.
Maldito insomnio
Que se ha colgado
De la solapa
De una cuarentena
Que ya nadie soporta
Y donde cada vez
Son más los que no duermen
Cuando la noche
Los aborda
Y los deja
Esperando pase
Cualquier cosa
Un milagro quizás!
O por ejemplo
Que esta noche haya
Tormenta
Y tontamente
Se los trague la noche.

La Olla

  La Olla. La familia Barrera estaba sentada a la mesa; era la hora de almuerzo y esta vez a diferencia de los días anteriores la sopa tenía...