Usted mejor que yo sabe como son los celos; exprimen la razón y la
realidad opta por otra donde todo se une comprensiblemente. Ayer,
mientras caminaba por las cercanias del parque Broncer, la pude ver
conversando mås que entusiasmada con Robinson, su viejo y encantador
amigo, tomé mi arma y disparé sin piedad sobre sus cuerpos que quedaron
tendidos desangrandose en ese parque tranquilo y hermoso. Cuando llegué a
casa sudoroso, me volvió el alma al cuerpo usted estaba en la cocina,
hermosa muy hermosa, me acerqué la toqué y la besé interminables veces,
palpando ese momento real que me alejaba de toda angustia y me hacia
entender que esta vida era real.