miércoles, septiembre 09, 2015

Artrosis crónica



No puedo decir cuando comienzan o cuando se van a detener, los dolores de  mis huesos dividen su labor tortuosa, un día son las rodillas, otro las manos, otro los hombros, la espalda o puntadas extrañas que son inoportunas y quizás las mas elocuentes. Según los doctores la acromegalia es la causantes de tales dolores, el engrosamiento de los huesos puede llevar a esta condición como ellos llaman crónica. Por las mañanas al despertar de una noche a veces agotadora de no haber encontrado la posición adecuada para dormir, el ponerse en pie es casi un temor superado al tener la leve sensación de que hoy no te duele nada, la alegría te inunda y te llena de cosas por hacer, la decepción llega al bajar la escalera y al tratar de hacer la tarea mas simple de la cocina como lavar los platos. Es mejor sentarse y apegarse a la lectura un placer diario que viene ha ser la mejor terapia,  de está forma el tiempo se detiene y los dolores parecen receptivos a la lectura, solo se aquietan al momento de levantarse, por ejemplo a atender el teléfono. 
Los días son los mismos no importa el frío o el calor el dolor no disminuye, tan solo desaparece y aparece.
Dejar el trabajo y pasar a ser un enfermo crónico puede ser una crisis, el cambio de útil a inútil es quizás lo mas desastroso que puede pasar, sin embargo la vida es reveladora y el encuentro con la familia comienza lentamente a dar sus frutos y en medio de todos los dolores el amor de tu esposa y el de tus hijos te inunda de una felicidad que reemplaza la infelicidad  de ser enfermo crónico y  pasar ha tener mas cariños por la cosas, por la naturaleza, por la vida, por todo lo perdido, por el amor profundo a la literatura y por sobre todo por ser un privilegiado con una felicidad crónica.

La Olla

  La Olla. La familia Barrera estaba sentada a la mesa; era la hora de almuerzo y esta vez a diferencia de los días anteriores la sopa tenía...