viernes, enero 08, 2016

El Guardia


Lustró sus zapatos y les sacó un brillo pulcro, se puso su camisa blanca y la corbata; el nudo le quedó grande no acorde con la vestimenta ordenada  que llevaba. Colocó su bastón en el cinturón y salió a la calle. Al contrario del día de ayer hoy, su disponibilidad era otra; el vendedor ambulante le había plantado una demanda por violencia desmedida y  entendía que debía cuidar su apariencia aunque,  sentía unas ganas incontrolables, de golpear al primero que se le cruzará. Como fue su padre con él, y sus hermanos.

La Olla

  La Olla. La familia Barrera estaba sentada a la mesa; era la hora de almuerzo y esta vez a diferencia de los días anteriores la sopa tenía...