jueves, octubre 22, 2015

Cuando llueve en el sur
Mientras yo terminaba de limpiar las verduras, tu encendías la cocina y colocabas la olla ; leías en voz alta la receta: mariscos, aliños, cebolla, papas, zapallo, un trozo de zanahoria; hiciste una pausa para hacer un brindis y continuaste: pimentón, pollo, longanizas, bastante vino blanco, agua y sal. Ordenamos sobre la mesa nuestros platos y nos sentamos en el sillón que estaba frente al ventanal, nuevamente nos servimos una copa de vino, nos besamos y cuando el aroma invadió nuestros sentidos nos sentamos a cenar; después de la cena volvimos al viejo sillón y nos dejamos llevar por besos y caricias, pero el sueño nos venció. El ronroneo del viento en el ventanal nos despertó y vimos como la lluvia sureña mojaba el mar agitado, nos miramos directo a los ojos fue en ese momento en que nerviosa te pusiste de pie, te bajaste el vestido con pudor, y recordamos que éramos vecinos y que nos habíamos juntado tan solo para tomar una tacita de café.

La Olla

  La Olla. La familia Barrera estaba sentada a la mesa; era la hora de almuerzo y esta vez a diferencia de los días anteriores la sopa tenía...