jueves, agosto 20, 2020

El Raco


Me pueden disculpar, pero adoro este viento que deja la noche más clara, que hace cantar los tejados.
Cuando era niño y comenzaba este raco salía a la calle y abría mis brazos como dejando que el viento me llevara, lo más que me sucedía es que lograba sacarme de mi ubicación. Otra de mis entretenciones era la construcción de un paracaídas hecho con un pañuelo y un soldado de plástico, lo.lanzaba con fuerza hacia arriba y el viento se lo llevaba; más de alguna vez perdí pañuelo y soldado.
Se siente el ruido de algunas latas, los árboles ladean sus cuerpos y el raco ruge como un animal bravo. De pronto no se escucha nada, la noche parece quieta, callada, pero nuevamente brama el viento con mucha más fuerza, da la sensación de que mueve la casa. Seguramente se quedará toda la noche. Yo estoy muy despierto, atento en caso de que vea pasar un paracaídas. Juro que me levantaré para atraparlo.

Carlos

Al viejo Carlos se le ve siempre sentado en el balcón, lee el diario, luego baja un poco su sombrero para protegerse del sol y duerme su siesta en pleno verano de 1952.
Hace un tiempo lo operaron, la gente dice que adelgazo, el se mira al espejo y tristemente ve como cambio.
Su mujer Ernestina de la menopausia se empapó, de pronto se acaloraba, se mareaba y el.genio le mudó. Ella nunca más miró a Carlos con pasión, se alejó lentamente y Carlos lo sintió. Cosas de la edad la pasión de los dos se alejó, se acabaron, los paseos juntos, separaron camas, no hubieron más besos. Finalmente en casa de Carlos y Ernestina el amor ya no se realizó.
Ahora Carlos tiene impotencia. Ella prefiere estar sola no.le gusta que la toquen.
Los dos saben que el amor que se tenían definitivamente no es el mismo que un día Dios les encargó.
Él sigue haciendo siesta en el balcón, ella se entretiene con sus plantas, su perro y teje viendo televisión.
Por las tardes se juntan a tomar te, él ya cumplió setenta, ella ya su edad olvidó. Se miran.conversan, hacen memoria de los hijos, que vienen el fin de semana, que los nietos llegan, que esa es su alegría mayor.
A veces creen que están muy viejos, que la labor del campo los superó, pero igual se les ve temprano cuidando gallinas, sembrando y cosechando el alimento que siempre la tierra les dio.
Se fue un verano, otro llegó, pasaron los años
Ernestina 90 años cumplió. Don Carlos hace un tiempo la dejó y aunque roda la familia se reunió para celebrar el cumpleaños, Ernestina sola se sintió de pronto media perdida preguntó a su hija mayor.- abra despertado Carlos, vaya mijita a verlo en el balcón se quedó.

Servicio

Si Dios visitase Chile
Me sacaría fotos con él,
Le pediría me autografiara algún libro
De mi autoría, por supuesto
Y a la razón de su visita
Le diría que como siempre
Al fondo y a la derecha.

Sola

Se quedó sola
con su muerte incipiente
con la herida abierta
con la mirada fija en el cielo raso
los puños apretados
y un dolor que se la llevaba
me muero dijo casi balbuceando
una brisa fresca se llevo
el rojo de sus labios,
El verde de sus ojos
y se quedó blanca y rígida
como los muertos cuando mueren

Tal vez

Tal vez aquí se detengan los girasoles
o guarden silencio las amapolas
o se desojen las rosas
o caigan tus besos de otoño.
Tal vez aquí todo sea nada
y tu cuerpo de mujer
sea el vaivén de las olas
y mi amor por ti tan solo sea
una estación perdida.
Tal vez aquí Dios creo el mundo
Mientras nosotros tocábamos
nuestros cuerpos desnudos.
Tal vez todo es mentira
y tu boca nunca beso la mía.
Tal vez esto sea un sueño
lleno de nostalgia
y las nebulosas
de invierno lloren
como mis ojos cuando no te ven
o cuando tal vez sienta que no existes.

Insomnio


Apagó la luz y se acomodó para dormir, eran las tres y cincuenta de la mañana. Su insomnio databa de hace ya varios meses, los avances que había logrado con la acupuntura lo hacían dormir a ratos. Sin embargo, esta noche no había dormido ni un poco, cuando creyó que se quedaba dormido el sueño se le fue casi como por arte de magia. Se sentó en la cama, ordenó sus frazadas y se quedó mirando la noche, estaba nublado, dos grandes focos se divisaban al fondo, del lado izquierdo de la ventana. Un ruido lo alertó, un gato se dijo pero, cuando vio que una especie de animal.raro se adosaba con sus cuatro patas al vidrio, no tuvo reacción. Los dedos largos de la cosa eran como tentáculos de un pulpo muy rosado, su cuerpo flaco y su cabeza pequeña sin pelos con dos grandes ojos que lo.miraban lo aterrorizaron, su cuerpo se puso rígido y su corazón parecía se le escapaba por la boca, se encogió cubriéndose casi entero con sus frazadas como lo haría un niño en la peor de sus pesadillas. La cosa estuvo unos segundos, finalmente desapareció como dando un salto al vacío. Ramírez volvió en si después de más o menos diez minutos, pensó que se equivocó, que lo había imaginado, que la falta de sueño le había jugado una mala pasada. Se hizo de valor y se fue a la ventana, con cuidado deslizó un lado, con sigilo sacó la cabeza, no había nada, el frío le atravesó el pecho, miró hacia abajo, hacia arriba, hacia los costados y nada; entonces dio un suspiro.largo, se apoyó con sus manos y sacó la mitad de su cuerpo empapándose de la noche. Fue en ese momento que la cosa se abalanzó sobre él, lo arrancó de cuajo y se lo llevó como cuando un pájaro huye con su presa

Ruiseñor

Dejó de pasar el hombre del Mote Mei,
Lo hacía por la noche
cantaba " calientito el mote Mei".
El maní confitado también desapareció,
¡Confitao calientito el confitao!
La señora con sopaipillas por la cuarentena a su casa se fue
El señor de las manzanas confitadas en su casa se le vio
El vendedor de escobas,
de cloro y el afilador de cuchillos
nunca más se les escuchó.
Se echa de menos al chinchinero
Y al vendedor de leche burra.
Las calles vacías
El silencio, las noches frías
Invocan la nostalgia
De quienes siempre son
De lo cotidiano
Caseros y caseritos.
Volverán como siempre
Al igual que el ruiseñor.

Extraviado




La lluvia no amainaba y Heriberto Fuentes insistió a su mujer en que tenía que salir a comprar.
- pero, no te demores mira qué no están los tiempos para resfriarse le dijo Carmen a su esposo.
- no te preocupes, vuelvo al tiro.
Heriberto se puso su parka, su bufanda café, un gorro de lana y tomó el paraguas que estaba al lado de la puerta de salida.
El agua corría por la vereda y los zapatos de Heriberto chapoteaban cada vez que daba un paso, al doblar en la esquina divisó que el almacén estaba abierto. Compró pan y cigarrillos salió con la bolsa y de vuelta a su casa decidió, debido a que la lluvia paró, caminar un poco más y se fue en dirección a la plazuela que estaba frente al almacén.
Carmen entretanto preparaba todo para tomar café. Luego corrió un poco la estufa, encendió la televisión y esperó.
Al cabo de una hora Heriberto no llegaba, entonces decidió salir a buscarlo, preguntó en el almacén y le confirmaron que había estado allí, alguien dijo que lo vieron en dirección a la plaza, recorrió la plaza y alrededores. Esperanzada de que ya hubiera vuelto, abrió la puerta y se dió cuenta que todo seguía igual. Se sintió abrumada, luego al paso de las horas enojada. Quizás pa dónde se fue? Era la pregunta que se hizo cuando se fue a la cama, era tarde, seguramente llegaría de madrugada y sería la segunda vez que le pasaba esto en su matrimonio que ya llevaba cinco años.
Heriberto no llegó en toda la noche, entonces ella fue a la policía quién en el día siguiente inicio la búsqueda. Ella recorría junto a familiares y amigos diversos lugares.. Al cabo de unos días nadie sabía que había pasado. La noche del jueves justo cuando se cumplía una semana Carmen salió a dar otra de las ya tantas vueltas que había dado en busca de su marido, casualmente era la misma hora en que había desaparecido. Volvió una vez más derrotada. Cuando abrió la puerta de casa Heriberto estaba preparando la mesa para tomar café.
Y tú dónde andabas? Preguntó Heriberto
- estás bien, donde estabas? Qué te pasó?
Heriberto sorprendido le dijo - como no ves fui al pan y volví al tiro, qué acaso me demoré mucho? Y sonrió
Pero, si te fuiste hace una semana
Estas loca mujer. Aprovecha tomemos café mira qué el pan está calientito.
Carmen incrédula tocó el.pan y sintió el calor de este. Se sentó y no entendiendo nada le comento a su esposo que era Jueves 27 y el había salido en jueves 20.
Heriberto pensando en que su.mujer estaba desvariando, tomó el calendario, encendió la radio y comprobó que efectivamente se había perdido una semana.
Ambos buscaron alguna explicación. Él solo recordaba que fue a comprar y volvió.
Todo en él estaba tal cual había salido, sus ropas húmeda por la lluvia, su paraguas y su cajetilla de cigarrillos aún cerrada.
Nunca supieron que pasó y lo contaban a sus amigos como una trágica y enigmática experiencia.


Puede ser la noche más larga


La pandemia puede ser la pesadilla
que se repite una y otra vez.
Tienes miedo, sientes que te puede tocar a ti?
Nunca la muerte estuvo tan cerca,
aparece en otros, te asombra,
té hiere,
te obliga a creerle,
que el próximo serás tú.
Sería bueno despertar
recordar que todo pasó
Tal vez debieras cuidarte más
cuidar más a quienes quieres.
No dejes que esto sea una pesadilla.
Cuídate,
cuídanos,
cuidémonos.
A la noche
ineludiblemente
le sigue el renovado día.


Llueve desigualdad


Esta noche se mojó mi casa
Bajo la lluvia inmensa
Mucho barro
El agua se metió en mis zapatos
Se entró a la casa inundando
Mi mente y mi cuarto
Llueve en todos los cantos
Las gotas son el quebranto
Que inundan mi olla
Y me dejan el pan rancio
Llueve eternamente
Flota mi ropa
El agua sigue entrando
Se mojó todo.
Llueve desigualdad, ambición, inconciencia
Es lo que duele, moja la herida
Deja flotando la pobreza
Que abunda cuando es invierno
Y llueve tanto.
19
Personas alcanzadas
2
Interacciones
2

sábado, agosto 15, 2020

La Rosa


La solidaridad abunda en la población
La vecina Rosa hace algunos años
dejó que el vecino Ramón
a quién se le llovió su casa y mojó su habitación.
Se fuera a la suya,
allí, le convido cama y calor.
Ella nunca más durmió sola y él mujer encontró.
Cuentan las malas lenguas
Que embarazada quedó
Y el.niño quedó huacho
Porque Ramón se marchó.
Ahora que está lloviendo
De nuevo
La señora Rosa al aguaite
Se quedó
Puede que el vecino nuevo
Que vive donde vivía Ramón
Se inunde
Ella, muy ingeniosa
Ya preparó la habitación.

Ascenso


La propuesta de su amante la había colocado en una difícil situación, sin embargo ella había optado por marcharse con él. Se iban lejos a otra ciudad, él tenía todo preparado comenzarían una nueva vida lejos muy lejos de donde ella había estado toda su vida.
Recorrió su casa observando cada habitación y se detuvo en la de sus hijos, pensó que ya estaban grandes, que 28 y 20 años era una edad donde ellos podrían entender la situación, entonces una lágrima bajó por su.mejilla; pasó su mano por sus ojos y tomó su cartera y se dirigió a la puerta de salida. Justo la puerta se abrió inesperadamente, era su marido que entraba, ella dejó salir una frase con cierto nerviosismo - qué haces aquí ? Le dijo a su marido mientras dejaba su cartera con cierto disimulo sobre el sofá y se sentaba a la mesa del.comedor- pasó algo grave? Entonces él se acomodó en una silla y dijo - no pasa nada mujer es que en la empresa tuvimos una reunión, el jefe nos llamó a todos y nos contó que este año era uno de los mejores de la empresa y que yo, y sus ojos se llenaron de lágrimas, fui ascendido a jefe de sección. Entonces ella fijó la vista en el reloj de la pared y vio que estaba en la hora, pero a pesar de sus planes algo en su estómago le dolía y Héctor su marido prosiguió, además y se metió la mano al bolsillo derecho de su usado vestón café y le mostró a ella dos pasajes que puso sobre la mesa - qué es eso? Balbuceo ella nerviosa.
- Dos pasajes a París con todo pagado por una semana, regalo para el nuevo jefe y su señora.
Lo dijo con una alegría que desbordó toda la habitación. Entonces ella volvió a mirar el reloj y vio que ya era tarde, que todo se había desmoronado, que las buenas noticias que su marido le daba cambiaban todo sus planes y se levantó y abrazó a Héctor con fuerza pensando en que se había equivocado y que el destino le daba una nueva oportunidad para comenzar.
Me alegro mucho amor, le dijo al oído
No te vas a marchar ahora le dijo él, separándole y mirándola a los ojos
No, no dijo ella pero por qué me dices eso?
Es que en la mañana me dijiste que saldrías con una amiga y volverías tarde
No, no iré dijo, dejando caer cierto alivio y lo volvió a abrazar. Celebremos y lo besó len la boca.
Se fueron al cuarto he hicieron el amor.
El se sentó en la cama y comenzó a narrar.
-Te acuerdas de Víctor, mi compadre del colegio?
Algo
Bueno, él te vio hace meses con otro hombre y me contó
Ella sintió un sabor amargo en su boca y sentía que todo su ser caía en un abismo
- debe ser un error, a lo mejor me confundió
- no, desde ese día comencé a seguirte y descubrí tu engaño, dijo Héctor mientras hurgueteaba en el velador con su mano derecha.
Ella estaba pasmada, sentía que nada podía hacer y presintió el.mas terrible de los desenlaces.
Entonces Héctor sacó un revólver y le dió un balazo justo en la cabeza de ella y luego se puso el revólver en su cien y dijo Ves! como nos marchamos y apretó el gatillo.

Invierno


Se está haciendo costumbre llover
Y todo parece anunciar que puede nevar
Por acá ya están cayendo unos goterones
Con un viento que mueve los arboles
Arrancándole todas las hojas que quedaban
De un otoño seco.
Un viejo está arriba del techo asegurando
No sé qué cosa, está empapado.
Alguien le grita - bájate Ramón!
Pero, el hombre se ve empecinado en terminar lo que comenzó.
El hombre del tiempo que está a buen resguardo
Anuncia que seguirá lloviendo
Tanto que estudió este hombre para decir eso
Y ahí gente que anuncia lo mismo
Solo por su dolor de huesos.
Se anuncia que un indigente a muerto.
Que el río aumento su caudal
Que hay en el mar olas de más de siete metros
Que se inundaron viviendas y perdieron todo
Se llevaron a las personas a un colegio.
Ven! Llueve y llueve y llueve si esto señores
Parece un verdadero invierno.

viernes, agosto 14, 2020

Scooby


Hoy no era una mañana fría, más bien templada. Por eso me atreví y me asomé a la calle, no se veía a nadie a no ser un gran perro negro que al verme comenzó a correr velozmente hasta la esquina y volver; me daba dos ladridos y lo volvía hacer, era una clara invitación a que jugara con él. Abrí la reja de entrada y salí a la calle, la felicidad del perro era extrema, saltaba, corría, se echaba, se colocaba de espaldas, se colocaba en posición de ataque y me rodeaba con su cuerpo buscando una caricia que no tardé en entregársela, pasaron muchos minutos en que jugamos, él entendió claramente mi discapacidad. Estuvimos así como diez minutos en que ya debía entrarme mi cuerpo se resentía por el esfuerzo.
Cuando cerré la reja Scooby como llamé al perro, se acercó levantó su patita, se la tomé y el con mucha gracia movió su hocico esbozando algo como " nos vemos" y se marchó.

lunes, agosto 03, 2020

Dulce como el Agua


Ahora que llueve
Dejo caer una caricia sobre tu rostro
Como si fuera una gota de agua que resbala hasta caer sobre tu pecho.
La lluvia se hace eterna
Cuando tu boca demora en llegar a la mía
Se puede palpar el ruido del agua cayendo sobre casa
Ahora que llueve te desnudas y me dejas tocarte
Cómo si pudiera penetrarte con mis manos que danzan sobre tu cuerpo
Eres dulce como el agua que cae
Grata como la noche húmeda
Es eterna la lluvia como tu cuerpo
Que nace y muere largamente en el mío
Ahora que llueve el calor tuyo y mío
Empaña el vidrio donde escribo
Amor mío.

Anécdota El Viaje


Ya la noche había llegado, de igual forma el calor era sofocante, al parecer más tarde vendría lluvia. Estábamos a punto de iniciar un nuevo viaje desde la ciudad de Santa Bárbara do Oeste hacia el Paraná. Éramos siete los emprendedores, entre chilenos y brasileños. Llevaba una caja no muy pesada cuando pise mal y me doble el tobillo, el dolor me hizo soltar la caja y tuve que sentarme en el piso, fui atendido por mis compañeros y se me dejó sentado mientras ellos terminaban de cargar los vehículos. Se armó una cama en una kombi y en ella me acomodé. El viaje era largo se suponía que estaríamos al amanecer en la fiesta de iglesia de la cual seríamos parte. Salimos alrededor de las 22 horas y el viaje fue tranquilo hasta las cuatro de la mañana cuando la kombi en que yo viajaba pincho un neumático, lo cambiaron con la algarabía de siempre. El viaje continuó solo nos detuvimos en un lugar para tomar un café y comer algo, no pude bajar del vehículo estaba demasiado adolorido.
A eso de las cinco de la mañana salimos de la carretera y nos adentramos en una carretera que nos acercaba a la ciudad que era nuestro destino, a lo poco andar nuevamente se pinchó otra rueda, a lo que Vladimir, el conductor bajó con una actitud un poco airada, nunca se me había pinchado dos veces un neumático en un mismo viaje de todos los años que llevo viajando, entre risas y un poco de verdad se me acusó de mala suerte y se me sacó de esa kombi y se me cambió a otro donde iba sentado al lado del pasajero, lo lamentable es que mi pie estaba muy hinchado. Llegamos a la ciudad alrededor de las ocho de la mañana y solo teníamos lugar para un solo puesto y nosotros necesitábamos tres lugares, en una decisión de solidaridad se decidió continuar a otra fiesta que estaba a pocos kilómetros. Logré ir a un centro médico y se me colocó una inyección y se me dio medicamente para la inflamación.. Dos horas después cuando cruzábamos un puente la kombi donde viajaba comenzó a humear, la revisaron entre varios y era lo peor había que reparar el motor, en ese momento quedó decretado que el mala suerte era yo. Tiramos la kombi hasta un pueblo cercano donde se nos dijo que la reparación tomaría todo el día, por lo que decidimos quedarnos allí y continuar al otro día, gracias a dios mi pies presentaba una buena mejoría y ya lo podía apoyar, a la hora de almuerzo el tem se centró en mi persona y entre risas se me acusaba de ser el culpable de la mala suerte que arrastraba el viaje, aunque todo era acompañado de bromas que causaban mucha risa, yo para ser sincero me sentía con cierta incomodidad.
Llegamos a la otra fiesta y cuando el organizador nos informaba que ya no habían lugares las miradas acusadoras se centraron en mi persona. Mandemos al chileno de vuelta en un bus propuso el más bajo de los chilenos. Todos en el fondo sabían que era una broma, el viaje continuó ahora era solo buscando un lugar para trabajar, terminamos en un pueblo pequeño donde se nos permitió armar nuestros puestos en una plaza pequeña donde las ventas eran más bien lentas, estuvimos cinco días allí. Cuando iniciamos el viaje de vuelta ya caminaba perfectamente bien a pesar de que hubo una que otra discusión de quien me traía de vuelta. Llegamos a casa sanos y salvos

Mesa de Billar


Era el año 1988 y viajábamos a una fiesta al interior de Minas Gerais en Brasil, el viaje fue largo era un pueblo pequeño, no habían edificios sino que solo casas. La feria de artesanía se desplazaba en una larga calle de tierra, nos instalamos en nuestro puesto después de haber conversado con un organizador municipal. Estaríamos allí diez días. Los tres primeros días fueron buenas las ventas. El cuarto día fuimos a almorzar a un pequeño restaurante que tenía unas pequeñas mesas de billar que funcionaban con fichas. Después del almuerzo nos acercamos a la mesa de billar y jugamos día fichas, éramos cuatro jugando dos chilenos y dos brasileños. Terminadas las fichas fuimos por más pero al volver tres jóvenes ocupaban la mesa de billar. Les dijimos que nosotros estábamos jugando, pero hicieron caso omiso de nuestro reclamo y continuaron ordenando las bolas y preparando sus tacos, fue entonces que como era el más grande, me envalentone y me senté arriba de la mesa y en un muy mal portugués dije que nadie jugaba. Los tres brasileños se miraron sorprendidos y en silencio dejaron sus tacos, el más pequeño se acercó a mí y lanzó una amenaza " a gente se va a encontrar" y se marcharon. Al otro día por la noche fui a comprar cigarros a ese mismo lugar, las luces de los postes eran más bien opacas. Cuando salía con los cigarros en la mano, unos hombres me toman fuertemente y me empujan a una pared, allí estaba muy oscuro, me sentí confundido y muy asustado cuando un arma apuntaba mi pecho. Eran policías, uno de ellos se acercó hizo a un lado al que me apuntaba y me dijo- te acuerdas de mí ? Yo lo observé nervioso. El se sacó la gorra y dijo - te dijo que nos veríamos y lanzo un garabato que había aprendido hace muy poco tiempo, pero que conocía claramente su significado. Fue entonces cuando apareció uno de mis compañeros y pidió explicaciones, por un momento hubo una larga discusión, escuché algo de que yo era chileno y que tenía inmunidad diplomática, mentiras de mi amigo abusando de lo.pueblerino que era esa policía.
Finalmente fui liberado sin antes escuchar que mañana por la mañana no teníamos que estar en el pueblo porque si nos atrapaban en la tarde nos matarían a todos no importando si éramos chilenos o no.
Por la mañana hicimos nuestras cosas cargamos los vehículos y nos marchamos  entre temor y risas acordamos no volver más a ese pueblo.

Anécdota


Fue en 1992 más o menos, estaba trabajando en una feria en la Gran Avenida, había abierto mi cuenta RUT hace unas semanas cuando me llegó a mi celular un mensaje de un depósito. Acudí a un cajero y no pude saber que pasaba, algo estaba malo en mi cuenta, más tarde fui al banco y cambie la clave para solucionar el problema. Volví al cajero y nuevamente no pude entrar a mi cuenta. Enojado volví a mi lugar de trabajo y no fui más al cajero, además era una cuenta que no usaba por el año 2016 ante una emergencia se me solicito mi cuenta RUT, fui al banco y la active con una nueva clave. En las afueras del banco me esperaba mi mujer, le dije que estaba todo listo que fuera a ver si habían depositado y recalque pero no toques el millón de pesos y sonreí. A los minutos volvió mi mujer y me dijo con asombro en tu cuenta hay más de un millón de pesos. Asombrados y creyendo un error entramos al banco y si efectivamente hace años ( cuando estábamos en Gran Avenida) habían echo un depósito y no pudimos saber de quién por el tiempo pasado.
Era un momento en que más necesitábamos ese dinero así que agradecido de esa grata sorpresa que me dio en un momento la vida.

El Chinchinero

Unta rápidamente la mantequilla en el pan tostado, le da una mordida Y se va hacia la calle comiendo con la boca media abierta,

Llega a la reja y vuelve a darle otra mordida al pan mientras mira con curiosidad al hombre que gira al compás de el bombo que tiene sobre sus hombros. Los platillos cantan a un compás monótono mientras El Chinchinero gira como una perinola.
Cuando el artista termina su actuación se saca su sombrero y comienza a pasar por las casas solicitando una moneda.
Martín sabe que no tiene monedas, así que su último pedazo de pan tostado lo deja en el sombrero explicando que el otro pedazo se lo comió porque tenía hambre y no sabía que el pasaría.

Digamos que estamos cerca
Que podemos vernos
Que por lo conversado tenemos una cita
Que nos juntamos y tomamos café juntos
Que la conversación es amena
Que volvemos juntos
Que nos besamos
Que comenzamos a salir
Que nos enamoramos
Que un día decidimos casarnos
Que tenemos hijos
Que vivimos juntos muchos años
Que un día viajas lejos
Que te echo de menos
Que escribo esto.para recordarte
Y que se que lo nuestro
Nunca fue algo pasajero
Que fue como.lp.pienso ahora
Para toda la vida.

La Olla

  La Olla. La familia Barrera estaba sentada a la mesa; era la hora de almuerzo y esta vez a diferencia de los días anteriores la sopa tenía...