jueves, febrero 13, 2020

La Bici.

Doy varias vueltas en mi bicicleta a la manzana, lo podría hacer con los ojos vendados porque la conozco de memoria.
Casi al llegar a la esquina me encuentro con el primer lomo de toro y a continuación está el almacén de Don Pedro un viejo miserable que siempre tiene las luces de su almacén apagadas por ahorro dice él. El semáforo está a tres metros del almacén y ahí debo virar a la derecha eso en una calle pavimentada hace poco y sin ningún bache, son quinientos metros, doblo nuevamente a la derecha muy cerca de la veeduría de Don Pancho, que siempre tiene sus ropas sucias; está calle aunque no tiene lomo de toro es larga y se puede encontrar con dos o tres hoyos que están en la dirección contraria. Giro otra vez a la derecha donde está el mecánico que siempre tiene a más de un vehículo ocupando la calle, otros quinientos metros última vez a la derecha y ya casi llego a casa.
Nunca corro de bicicleta siempre voy a una velocidad controlada, lo hago porque estoy viejo y no estoy para alguna inesperada situación si voy a alta velocidad. Podría por ejemplo, caer en el lomo de toro y romperme unos cuantos huesos.
Mi bicicleta es una Oxford antigua de color rojo y el foco delantero está quebrado, se quebró cuando apoyé la bicicleta en un árbol y esta se deslizó al.piso y lo único que se rompió fue el farol de color blanco.
Está bicicleta la tengo desde los quince años me la regalaron mis padres, siempre la he querido es el regalo más apreciado de mi vida
Andar de bicicleta es saludable, me mantiene ágil aunque mis huesos a esta edad comienzan a dolor un poco.
Cuando la deje de usar la colgaré de alguna pared para verla como.un cuadro recién pintado o tal vez la regale a algún nieto o quizás no importe lo que haga con ella.
En una de esas desaparece junto a mi vida.

La Olla

  La Olla. La familia Barrera estaba sentada a la mesa; era la hora de almuerzo y esta vez a diferencia de los días anteriores la sopa tenía...