miércoles, diciembre 02, 2020

 Tengo ganas de estar en el campo de mis abuelos, sentarme en la mecedora de dónde se puede observar la cordillera mientras fumo un habano y bebo un pisco sour

Lo malo de esto es que no fumo, no tomo, los abuelos no existen y el campo tampoco.

 Hace unos meses atrás el Estallido Social dejaba a nuestro país, según algunos diarios extranjeros, como el primer país que estaba a punto de derrotar al neoliberalismo. Esto, que cambiaría la vida de los chilenos se detuvo ante la llegada de la Pandemia que vino a transformar al mundo. En nuestro país, en los primeros meses la cuarentena provocó un silencio que se podía sentir de día, lo que decía que la gente estaba en sus casas. Todos de una u otra forma se vieron afectados, incluso el narcotráfico retrocedía, por ejemplo, parecía que en el pasado quedaban los famosos fuegos artificiales, que se sentían todas las noches en las diferentes poblaciones. Sin embargo, la pandemia a quien más favoreció fue al neoliberalismo, ya que en el intento de nuestro país de volver a la normalidad, se ha abierto en parte el comercio y las personas salen despavoridas a consumir, por otro lado, los emprendedores florecen como callampas ante la crisis económica que se viene. Con esto el neoliberalismo está más vivo que nunca y el capitalismo se asienta tranquilamente en su trono. La lección que al parecer no se aprende es que el humanismo, lo que debería predominar, parece aflorar en pocas personas que modifican su modo de vida y dejan esa carrera loca en pos del dinero, concluye que se puede vivir con menos.

El narcotráfico lentamente intenta renacer con los fuegos artificiales.
El narco ahora busca ganar terreno haciendo ostentación de una nueva forma de mostrarse.
18 de Septiembre
La familia Gonzalez, a eso de las doce del día 18 de septiembre sacaba su parrilla y la colocaba en la vereda, la reja abierta, una variedad de sillas, una mesa, un bolo grande donde había carne y la dueña de casa y su hija mayor preparaban los anticuchos. El hijo mayor iba a su automóvil de lujo y retiraba botellas de licor y cerveza que eran ubicadas en algún punto de la mesa y en el piso. A eso de las dos de la tarde ya toda la familia estaba reunida. Habían puesto música a un volumen alto que seguían a un compás con los vasos de licor en las manos y un repetido ¡Salud hermano! Varios amigos se habían unido a la familia Gonzales y los anticuchos ya humeaban en la parrilla, de donde fueron retirados uno a uno. La fiesta ya estaba armada y el alboroto se trasladaba a todas las casas vecinas que celebraban en familia. A eso de las veinte horas la policía se asomó en una esquina del pasaje y uno de los invitados tuvo una conversación con ellos que duró tan solo unos segundos y se marcharon haciendo vista gorda de una de las infracciones que claramente se estaba infringiendo. A las 21,18 minuto el dueño de casa quiso dar fin a la fiesta porque se acercaba el toque de queda pero, se produjo una discusión con unos invitados que termino en una pelea a cuchillo. Las mujeres gritaban y los hombres que no participaban del hecho alentaban la pelea que en un par de minutos termino con uno de los invitados en el piso muerto por una certera puñalada en su pecho. En pocos minutos nadie quedó en la calle, tan solo el cuerpo que yacía boca abajo en un gran charco de sangre. A las dos horas se hacía presente la policía y ninguno de los vecinos fue testigo de lo sucedido. Todos concluían que ellos no vieron ni sintieron nada. Lo peor de todo que al muerto no lo conocía nadie y los más asombrados eran los Gonzales que nunca se dieron cuenta del hombre fallecido que perdió la vida justo en frente de su casa, aludieron que ellos ya estaban acostados y de hecho todos estaban como recién salidos de la cama.
Al pasar de los días se supo el nombre del fallecido y el caso quedó abierto en una investigación que todos los de la villa General Aguirre sabían no tendría ningún acusado.
Al otro día el humo y aroma a asado se colaba por los diferentes hogares del pasaje donde reinaba la alegría de unas fiestas patrias bien celebrada.

 Se huele el silencio esta noche, es un aroma impregnado en alguna parte de mi cuarto.

Qué noche más mordaz
Me asomo a la ventana
Queriendo escuchar algo
Más que mi corazón latiendo
Es una noche triste
De esas que ahuyentan a los muertos

 Dormía de lado, apoyado sobre el lado derecho de mi cuerpo, sentía la molestia de la prótesis a la cadera, pero dormía. De pronto siento un ruido y veo que un puma negro avanza muy rápido y salta sobre mi cama, me quedó quieto siento mucho temor, el puma se acerca a mi cabeza, pienso que me va a morder, sin embargo se mueve y se acomoda a mis pies, sigo en una actitud rígida, pienso en como salir de esta terrible situación, tomo la mejor decisión. Abro los ojos y despierto

 Los niños corren por el pasaje tratando de atrapar el volatín, lo hacen gritando, indicando, saltan para tomar el hilo que flota en el espacio. Los niños corren despavoridos por el pasaje tras el cometa, está vez es uno grande que se mueve pesadamente en esta tarde fresca, de una brisa septentrional, va de techo en techo y cae sobre la casa de la señora Marta que a su edad no sabe de volantines cortados. Los niños van por otro lado, por otro cometa cortado. El cielo medio nuboso está lleno de cometas, varios viajan con largas colas, de muchos colores , de diversos tamaños todos van desbocados y los niños corren, quieren atrapar los volantines, son el.premio a la carrera esforzada. Los volantines en primavera son los protagonistas de un septiembre enfiestado.

 Seguramente estaban mal de la cabeza los que lo eligieron.

Miren que votar por un enemigo del imperialismo norteamericano.
Ellos .nunca permitirían un hombre bueno al.mando de un pueblo.
El Señor Presidente se destacaba por tener discursos que llegaban a la gente.
Era su voz y su corazón presente.
Tenía ideas absurdas como dar desayuno a los niños en todos los colegios.
Que el cobre fuera chileno
Igualdad, que estupidez pensar en la igualdad.
Lealtad, conocerán esa palabra las fuerzas armadas que lo derrocaron?
Pero, Allende se equivocó, erró en dejar que algunos compañeros pensaran que podían hacer una revolución
Las armas son una pésima consejera.
Él no quería eso para su pueblo
Pensante.
Para Allende siempre fue tarde para gobernar, el imperio yanqui ya tenía a los traidores comprados.
Todo estaba preparado para que esté hombre fuera derrotado.
Y nos quedamos con lo peor.
Divididos, gobernados por la desigualdad, con traidores, ladrones, asesinos y corruptos. El capitalismo en pleno.
Ganamos la memoria de un Presidente, del último político verdadero. Del último socialista de carne y hueso.

La Olla

  La Olla. La familia Barrera estaba sentada a la mesa; era la hora de almuerzo y esta vez a diferencia de los días anteriores la sopa tenía...