Me cayó mal el jugo, sentí asco y cierto decaímiento. Ahora estoy en
cama, ya es de noche y la cama aún está helada. Observo desde mi
ventana, se pueden ver las luces de dos postes encendidas, el cielo
está opaco, desnudo, sin estrellas. Tomo agua para espantar el malestar
y espero con los ojos cerrados como para sentir que pasa, Lo hago para
sentir el cambio de mi estado de náuseas. Respiro profundamente, inflo
mi estómago y mi pecho y voto el aire. Siento algo de alivio. Me quedo
pensativo, no quiero empeorar las cosas; mi salud no puede
deteriorizarse más. Algo extraño sucede afuera el cielo está rojizo, es
un trozito de cielo que se ve rojizo, como si ardiera en llamas, eso
hace que se vean las nubes, las blancas nubes, es como si un avión
estuviera en llamas cruzando el pedazo de cielo que se ve desde mi
ventana. Ahora todo se vuelve oscuro nuevamente. Aún tengo náuseas, mi
boca está salivando. Me toco la frente para saber si tengo fiebre>;
comienzo a sudar y mis pies se adormecen, las luces de los postes se
apagaron. Siento que debo levantarme, hago el esfuerzo pero no puedo,
mi cuerpo está demasiado pesado. Observo mis piernas y están hinchadas
muy hinchadas. Un nuevo dolor se agrega a mi cuerpo está alojado casi a
la altura del corazón, toco mi cuerpo y arde. A está altura creo que
nada puedo hacer comienza mi metamorfosis, la mía, no sé asemeja a la
de Kafka. La oscuridad entra fuertemente por mi ventana y me envuelve
sin poder hacer nada. Me quedo inmóvil sin cerrar los ojos, quiero ver
lo que sucede con.mi cuerpo.