domingo, junio 21, 2020

Otoño


El otoño se quedó solo,
No hubo quien recogiera sus hojas,
Ni quién se subiera la solapa para protegerse del Racó,
O alguien que hiciera ruido con sus zapatos caminando con las manos en los bolsillos por culpa de una mañana calurosa y una noche fría,
El otoño se quedó solo con sus bandadas de pájaros surcando los cielos.
En el olvido quedó la lluvia ligera, la bastilla enlodada por el barro al girar la rueda de la bicicleta.
Las sopaipillas callejeras, las empanadas de queso en hornos improvisados en las esquinas y la voz del hombre gritando el maní confitado.
El otoño se quedó tristemente solo en medio de esta cuarentena.

Vacaciones


La puerta de entrada al hospedaje era de esas antiguas como de iglesias, alargada y estaba pintada de blanco, avanzamos por un pasillo de baldosas rojos, a la derecha habían unas coronas y al fondo del pasillo,habían varias habitaciones que quedaban mirando un patio, que pasamos a la izquierda nuestra,en medio una fuente que se veía no tenía agua. La dueña nos mostró la habitación y luego un comedor.
Mi padre nos llevó a cenar a un restaurante cercano. Todo en Constitución era pueblerino y el restaurante dejaba mucho que desear y tenía un aroma que parece estaba impregnado en todo lo que tocábamos. Luego nos fuimos a dormir.
Por la mañana, la dueña nos golpeó suavemente la puerta y nos dijo que estaba listo el desayuno. Ninguno de nosotros tomó baño, el califon estaba malo. Nos llamó la atención un señor que se paseaba en pijamas y nos espantó que la pensión también funcionará como funeraria, cuando salíamos se podían apreciar algunos ataúdes lo que para mi hermano y yo nos resultó terrorífico. Lo único que queríamos era permanecer lo menos posible en esa pensión. Por suerte mi padre dijo que sería un solo fin de semana.
El último día descubrimos que el señor que siempre andaba en pijamas era el esposo de la dueña y que para que esté no saliera a tomar la señora María le escondía la ropa.
El lunes por la mañana cuando teníamos todo listo para irnos, nuestro padre anunció con algarabía que nos podíamos quedar toda la semana. Mi madre y nosotros dijimos al unísono un claro y fuerte - NO- y dejamos la pensión rápidamente.

Luna


La luna me sigue con sus lunas
Unas más claras otras más oscuras
Cómo van las noches con tantas lunas
Ay! Cómo enamoran algunas
Cuelgan como.besos violetas
De esos que llegando de su boca
A la mía, van de luna media
Luna llena, luna suya
Luna nueva, luna, luna
Luna.

Pasar el hilo por la aguja es complejo
Necesita buena visión y precisión,
Luego costurear el lado derecho
necesita profesionalismo
Nada mejor que prepararse en actos sucesivos
Se toma la aguja y se mueve en círculo
Con minuciosidad y cuidado
Ay! del que se ha pinchado
Repita la operación hasta la memorización
Sin titubear tomé el.lado derecho
Y haga lo enseñado
Después de esto
Ya puede ser un titulado Costurero

Haiku:. Versos de 5,7 y 5 sílabas


1
Este otoño
De multitudinarias
Hojas, abdicó
2
Mi madre huele
A la memoria recién
Cortada
3
Luna otoñal
A causa del ventorral
Deshoja la mar
4
Que inspirador
La mariposa y el
Coliflor
5
El tren humeando
Cruzando la montaña
Chuu- Chuu clama.

Petición


Ves! Cómo el otoño es hermoso.
La lluvia y el frío brincan junto a las hojas caídas,
bandadas de pájaros surcan los cielos,
sus cantos bajan como canastos de notas hasta las ventanas.
Ella se apega a él para ahuyentar el frío, mientras caminan por el parque hablando cosas del amor y del olvido.
Un niño corre atrás de su pelota despavorido. Un viejo en una banca lee el diario bajo un grueso abrigo,
tú me miras y yo te digo. Ves! Cómo en otoño
Se puede entregar un anillo.

Caídos del Cielo


Los pájaros muertos que encontraron en el pasaje perfectamente alineados, dejan muchas dudas de que puede haber pasado.
Siempre tenemos bandadas de pájaros que pasan en este tiempo de otoño por nuestra población, es un paisaje rutinario, con canto y muy llamativo que hacen las aves. De ahí a que cayeran muertos y en forma lineal abarcando todo el pasaje es otra historia. Lo otro es que algún ocioso con claras intenciones malignas hizo esto, para provocar temor en la población, como lo manifestó claramente un medio televisivo. Gracias a Dios ningún matinal ha hecho festín de esto, eso sería la guinda de la torta. Lo mejor es recoger los pájaros y dar vuelta la hoja, de esta forma los que vivimos acá seguimos nuestra rutina de vida diaria tranquilamente. A pesar del comentario de algún vecino de que nos intentaron hacer magia negra, eso más bien suena como demasiado superticioso.
La intención del voladito que opino que porque no los comíamos, sencillamente se obvió.
En fin, mejor aquí no ha pasado nada y todos para su casa y se acabó.

Los Amantes


Diego, ya casi se dormía, cuando en el cuarto 213, contiguo al suyo, se abrió la puerta, el piso del pequeño cuarto crujió, alejando su soledad, se escucharon risas y susurros. Un golpe suave en la pared, luego un silencio de ropas que caen al piso. Diego se sentó en la cama y avivó su oído. Era una pareja que ahora hacia el amor, el crujir del viejo catre acusaba el hecho, ella se quejaba suavemente como para no levantar sospechas, el idilio duro horas: Diego no sabe en qué momento de ese duro amor se quedó dormido como si sus oídos se hubieran hecho los sordos a tan apasionado amor. Por la mañana lo despertó primero las voces que parecían golpearse unas con otras, discutían los amantes; ella lloraba. Diego se vestía, él ahora le gritaba y ella daba unos pasos en el cuarto, seguramente hacia la puerta, porque se escuchó que decía, que se marchaba. Algo hizo alguien y se sintió un fuerte golpe como si un cuerpo cayera fuertemente al piso. Él tomó su sombrero se lo calzó con rapidez sobre su cabeza y pegó el oído a la frágil pared de su cuarto, estaba listo para cualquier eventualidad su corazón latía fuerte. Se sintieron pasos, una copa que cae al piso, un estruendo terrible como un balazo hace que Diego vaya de prisa a la puerta de su cuarto y corra hacia la entrada. En la recepción. un viejo sentado está pasando un paño sobre el mesón y actúa como nada. Diego tartamudeando, nervioso explica los hechos del cuarto 213. El hombre toma unas llaves de uno de los casilleros y sin ninguna prisa va con él pasajero al cuarto, abre la puerta y le muestra con una calma ya sabida a Diego, que en ese cuarto no hay nadie. Diego recorre el pequeño cuarto, la cama está hecha, no hay nada en el piso, una copa vacía sobre el velador, unas toallas limpias y una pequeña bolsa con jabón confirman que la noche recién pasada nadie llegó a esa habitación.
Ahora Diego con su bolso en mano, pasó un día de cierta forma inquieto, y mientras ya de noche, dejaba la vieja pensión. Justo en la puerta de entrada se tocaba con una pareja que con algarabía entraba, dio dos pasos cuando recordó que esa risa, esa misma risa fue lo que le despertó la noche anterior, sin embargo se subió con su mano izquierda el cuello de su chaqueta para espantar un poco el frio de esa noche y apresuró un poco el paso como si algo lo inquietara.

Juan Gabriel

Hola, soy Eleuterio y me quedé dormido escuchando a Juan Gabriel, siempre me gustaron sus canciones. Pero, ya estoy despierto otra vez. Esto me pasa todas las noches duermo un poco, despierto y vuelvo a dormir. Quiero pensar que es algo de viejo porque no creo que la cuarentena me este poniendo así, medio weón.
Lo otro que hago es pensar y créanme pienso mucho. Ahora me dio por pensar en la famosa cajita de mercadería; que debo confesar que la esperamos, no.porque nos sea prescindible sino porque, bueno la necesitamos.
Con seguridad que hay familias que están mucho peor que nosotros. Tiendo a pensar que nosotros aún estamos bien.
Tal vez si hubieran entregado dinero hubiera sido mejor. Yo mismo hubiera ido al almacén a comprar chanchito para el pan ( mortadela me gusta la mortadela, me trae recuerdo de cuando estaba en el colegio y me llevaba un pan con mantequilla y mortadela) hoy se volvió algo un poco difícil de tener o hubiera hecho lo que ahora puede sonar como una locura; sí hubiera comprado suficiente queso para hacer una pizza.
Pero, este gobierno quería protagonismo. Aunque yo creo que intentó cagarse a los alcaldes, ya que se a visto como los pobladores reclaman contra los alcaldes, que antes de las cajitas lo estaban haciendo super bien.
Cuando escucho al Ministro Mañalich que no sabía como viven los pobres, la verdad es que no.me asombra yo creo que los políticos en general no tiene idea de cómo viven los pobres. Deberían, los del gobierno, los senadores y los diputados hacer como una especie de tesis o postulado vivir entre medio de la pobreza. Un año con el sueldo mínimo viviendo en una población para que tomaran conciencia estos weones.
Me perdí, estoy hablando tonteras. Ya son las tres y cuarenta minutos. Se ve que hace frió afuera sin embargo, yo estoy calientito en la cama, aunque me duele un riñón; otro síntoma de viejo. Me dijo el doctor que tenía un quiste y efectivamente esas cosas les pasan a los viejos y.no.puedo hacer nada, tengo que sacarme una radiografía pero, no están atendiendo. Está pandemia de verdad creo que nos tiene cagados.
No se les vaya a ocurrir llamarme y decirme compadre yo le ayudo, no, no lo haga. A mí me gusta que me lean nada más.
La cajita podría traer un vino tinto, es que en casa estamos restringidos y el vino no está incluido en las cosas necesarias. La botella de vino me durá bastante, es que siempre tomó poquito, una copita y listo. Dicen que hace bien para la salud, claro el gobierno no.piensa en esos detalles.
A veces pienso que debería hacer un acto.noble y cuando llegue la cajita ( si llega) regalarla. Aunque me gustaría ir más allá y tengo un deseo profundo, decirle a Piñera que se la meta la caja en la raja.
Creo que me extra límite, mejor intento dormir. Pondré a Juan Gabriel de nuevo seguro que me quedo dormido.

Eleuterio.

Eva

La manzana rodó por la escalera
Ligera, graciosa, dando brincos
De princesa
Se detuvo frente a la puerta de salida.
Eva bajó los escalones presurosa,
Recogió la manzana, la limpio con ambas manos,
Le dio una mordida y volvió a subir las escaleras.
Era una mañana grata de otoño y una brisa suave entraba
Por la ventana, meciendo levemente la cortina rosa
De su cuarto. Un aroma dulce revoleteaba como mariposa,
Venía de un incienso que se quemaba muy cerca de la cama.
Eva terminó de comer su manzana leyendo una novela
De amor..

Hacinados


Arturo A. Despertó a las once de la mañana y no porque fuera una costumbre despertar a esa hora, sino que desde que está hacinado debido a la cuarentena, duerme muy mal. Se queda dormido a eso de las diez, generalmente cuando está viendo las noticias y despierta a las tres de la mañana puntualmente, se sienta en la cama, toma un poco de agua de un vaso que tiene en su velador y se queda mirando por la ventana, dándole vueltas en su cabeza a algún recuerdo de su vida, se queda dormido y en una segunda etapa, despierta a las seis de la mañana, esta hora es imprecisa, siendo a veces a las cinco y unos minutos o pasado de las seis, pero siempre entre cinco y seis treinta de la mañana. Está vez toma su celular y lo revisa entrando a sus redes sociales, lo hace en silencio para no despertar a su mujer. Hasta que nuevamente se queda dormido y despierta como ya sabemos alrededor de las once de la mañana.
Su desayuno en un comienzo era con galletas queriendo seguir una dieta, pero, la ansiedad le fue cambiando su menú y hoy estaba tomando de desayuno huevo revuelto con dos panes y un café. Su mujer siempre está en pie antes que él y a veces le comparte algunos quehaceres de la casa para que tenga algo que hacer. A pesar de que Arturo se entretiene mucho con los matinales viendo como los políticos discuten sobre los últimos hechos acaecidos; eso hasta la una de la tarde que comienzan las noticias que lo ocupan hasta que su mujer lo llama a almorzar.
Después del almuerzo le entra un sueño desesperante y se va a su cuarto en busca de una siesta que no le dura más de media hora. Se levanta y se va al baño a orinar. Orinar es lo que más hace durante el día, lo tiene asumido con algo de la edad. Entonces se pone a pensar que puede hacer, lavar el vehículo, hacer algún trabajo con madera, leer el diario, limpiar o ordenar la bodega donde guarda sus herramientas o como hoy hacer pan amasado, una de sus especialidades de la cocina. La gracia de un buen pan amasado, dice él, está en el amasado, mientras más se amase mejor queda el pan.
Mientras el pan luva, enciende la televisión para continuar viendo la temporada tres de los 100 una serie que lo tiene un poco harto porque no alcanza entender como un personaje en un capitulo es bueno, luego un asesino, después traidor y luego bueno nuevamente. La verdad es que en esta serie no se puede confiar en nadie, piensa Arturo.
Con su mujer mantiene una buena relación y con ella está bromeando casi todo el día, Como para hacer más llevadera la relación de este encierro obligado, pero la verdad es que Arturo por sobre todas las cosas ama a su mujer y ella lo sabe y le corresponde regaloneando.
Claudia, la mujer de Arturo está más delgada, quizás debido a la preocupación que le provoca esta epidemia que en verdad la tiene con cierto temor y a diferencia de su marido prefiere saltarse las noticias que la finalmente la deprimen.
Claudia había tomado un baño cuando él le fue a avisar de que el pan estaba listo. Ella estaba frente al espejo peinando su cabello largo y ya canoso en algunas partes, mientras pensaba que lo primero que haría apenas se levante la cuarentena es ir a la peluquería y recuperar su color negro.
Mientras tomaban el café de la tarde, ella le medía la cantidad de pan que Arturo comía.
Te vas a convertir en un cerdo, le decía sonriendo y mirándolo a los ojos.
Está bien decía él dando inicio a su promesa de siempre que tarde o temprano comenzaría una dieta. Sabes le dice Arturo tengo unas ganas inmensas de ir a la playa, sentarme en un restaurante y comer una paila marina, caminar por la playa y sentir la brisa fría de la playa.
Eso al parecer tomará mucho tiempo, le dijo ella mientras embetunaba la mitad de un pan con mermelada. Yo iría a ver a mis padres, los hecho mucho de menos.-Hoy por la mañana mientras hablaba con mi mamá la sentí preocupada, así que le dije que pronto todo esto pasaría. ¿Sabes que mi papá va cumplir ochenta y tres años el viernes que viene? creo que debemos enviarle un regalo, que se lo vayan a dejar. ¿Te parece? mientras se quedó esperando una respuesta de su marido que sorbía su café con la lentitud de quien no quiere quemarse.
Claro que si le respondió Arturo al momento que tomaba el control de la televisión para ver colocar la teleserie que ellos seguían con entusiasmo.
Ahora Arturo se arropa en la cama y tomando la mano de su mujer se apresta a tener su primer sueño.

La Mosca


Hay cosas desagradables que te despiertan por la mañana, el camión de la basura y una mosca.
Siento que ahora están más agresivas por lo manos la que me atacó, porque así fue, parecía querer arrancar un pedazo de mi rostro. Maldita! Dije en mi tercer intento de matarla. Ya me tenía sentado en la cama, despierto y mirando al espacio para adivinar donde se pondría la sucia mosca y aplastarla con mi mano.
Pasaron unos minutos cuando pasó zumbando mi oreja, la quise seguir con mi mirada, pero la perdí, de pronto la vi en mi colcha a unos centímetros de mi mano, la moví lentamente pensando en que la mosca tiene una visión de ciento ochenta grados y luego mandé un manotazo que pareció retumbar en la cama, sin embargo, ella salió airosa y se fue a la ventana por donde salió sana y salva.

La Hora del Té




Sobre la mesa el pan recién hecho
!Calientito el pan amasado!
De la taza el aroma a café.
La mantequilla estirada

La Olla

  La Olla. La familia Barrera estaba sentada a la mesa; era la hora de almuerzo y esta vez a diferencia de los días anteriores la sopa tenía...