Dejaste rastros de tus besos en mi boca, tus manos en mi cuerpo y tu risa en este cuarto que te acusan de haber estado a mi lado, de haberme amado, de haber llorado y gritado por amor. Te acusan de haber estado a mi lado las calles del barrio donde infinitas veces paseábamos abrazados, te acusan de haber estado a mi lado los besos furtivos, la música preferida que la escuchábamos de la mano, la lluvia que tantas veces nos sorprendió en el lugar equivocado, las noches, los días todos te acusan de haber estado a mi lado.
Nadie podría negar cuanto nos amamos, nada de este amor inmenso y profundo puede negarse; aunque te hayas marchado, siempre eterna sigues a mi lado.
Pero, que tonto soy si tan solo hace unas horas que no me has llamado.
Nadie podría negar cuanto nos amamos, nada de este amor inmenso y profundo puede negarse; aunque te hayas marchado, siempre eterna sigues a mi lado.
Pero, que tonto soy si tan solo hace unas horas que no me has llamado.