miércoles, agosto 08, 2012

CONFIESO QUE HE PECADO

Confieso que he pecado, este debería ser el eslogan de la gran gama de políticos que se están manifestando como candidatos (as) en nuestra comuna.
Las elecciones municipales que se avecinan vienen con el cambio de voto voluntario es por ello que quienes irán a votar se podrían contar con los dedos de las manos, estos son : los que sienten que deben cumplir con su deber cívico, los militantes en su labor de tal, a los que les gusta la chuchoca, los que sienten que pueden obtener alguna ganancia, los familiares del candidato en su deber moral, los que creen que las cosas aún pueden cambiar, estos serían los optimistas, los rebeldes que votan nulo o blanco y uno que otro desubicado que creerá que el voto aún es obligatorio.

Muchos de los discurso que vendrán sabemos que el destino final de ellos será la basura, ya que, la mala memoria y el sabor que produce el poder lleva a muchos electos por el camino oscuro de dejar de lado el bien común.
Veremos con espasmo el poderío de aquellos que enarbolan sus candidaturas gastando enormes sumas de dinero, ante el asombro de quienes aún se encuentra en la brecha de la pobreza; cabe recordar a quien volanteo nuestra comuna en avioneta y difícilmente supimos algo de esta concejala electa.

Conocemos de echo que muchos de los candidatos que se presentan a estas elecciones no cuentan con los recursos necesarios para dar está esta batalla en la que el dinero sigue siendo primacía. Estos son los que quijotescamente saldrán a las calles en busca de un lugar en el municipio y lo harán de corazón o lo harán para dejar una huella de que las cosas pueden darse de mejor manera; y que no es necesario que vengan de otras comunas a solucionar problemas que son nuestros y que somos nosotros los que los podemos solucionar de mejor manera porque convivimos con ellos día a día.

Finalmente, confieso que he pecado por creer en un sistema y en políticos desgastados y que se olvidaron que nosotros somos de CARNE Y HUESO

La Olla

  La Olla. La familia Barrera estaba sentada a la mesa; era la hora de almuerzo y esta vez a diferencia de los días anteriores la sopa tenía...