miércoles, marzo 24, 2021

El Canal

 

El agua baja de la cordillera y después de mucho recorrer sigue su rumbo por el canal donde en verano colocaba mis pies que soportaban bien el agua fría. Así sentado a la orilla permanecía varios minutos. Luego me levantaba y continuaba mi caminata a casa, con los zapatos en una de mis manos, hasta que la acera los secaba, entonces me los colocaba. Ahora estaba a pocas cuadras de casa. Mi madre siempre me está esperando con su carita triste asomada a la ventana, todavía no comprende cómo me ahogué en ese canal.

 La felicidad es una sensación inofensiva, extraña que no tiene raza ni color político, llega de forma inesperada; se expresa en algunos casos por intermedio de los fonemas ja, ja, es reconocible por otros seres humanos, existe el peligro de contagiar a los otros, disfrútela con sus seres mas queridos. Si usted la llegase a padecer mantenga su reserva, finja no serlo, puede que un infeliz se la robe.

 Más de alguna vez maldije por un mal de amor.

Más de alguna vez lloré por un mal de amor.
Más de alguna vez quise morir por un mal de amor.
Pero, llegó el buen amor y maldije, lloré y quise morir porque eso aprendí cuando sentía amor.

 Matilde está en el living de su casa con su marido. Un viejo reloj en la pared marca las once y cuarenta y cinco minutos.

Matilde - baja el volumen de la tele!
Qué pasa dice Jorge, su marido.
Se escuchan fuertes golpes y gritos.
Jorge se levanta del sillón y sale rápido a la entrada de su casa. Está muy oscuro, en un automóvil que está a dos casas de la suya se ve una pareja discutiendo fuertemente, hay forcejeo. Jorge grita a su vecino del frente que es carabinero. Oscar! Oscar!
Se asoma Oscar, pregunta qué pasa?
En ese auto hay una pareja y se están maltratando.
Oscar se acerca con sigilo pero, vuelve rápidamente y le dice a Jorge. No es nada, es mi hijo y vuelve a su casa.

 Pandemia

Es una mañana con aroma a playa, una brisa se adentra por cada recoveco de la ciudad, los árboles se mecen en un dulce vaivén, las mariposas revolotean en los jardines.
Hay una primavera suelta de trenzas que está haciendo de las suyas.
El ruido de la bocina de una ambulancia que cruza rauda la avenida, quiebra el silencio impuesto.
El cielo es transparente como si fuera un mar inmenso.
Las calles solitarias se llenan de polvo sin huellas.
En la plaza un balancín se mueve a instantes.
Los perros corren en la cancha de fútbol atrás de los pájaros y los gatos duermen.
Una pelota yace en una cuneta.
Una fila de personas con mascarillas en el almacén del Pedro.
Un cortejo fúnebre, un viejo que coloca su sombrero en su pecho.
Es una mañana de mucho silencio.

La Olla

  La Olla. La familia Barrera estaba sentada a la mesa; era la hora de almuerzo y esta vez a diferencia de los días anteriores la sopa tenía...