Las hojas de otoño, revolotean como niños por la calle, gritan, se
trepan por las paredes, se meten a las casas y se acuestan en los
jardines, se elevan para volar como mariposas y se pegan a mi ventana,
desde allí me miran con sus ojos multicolores y se deslizan suavemente
para caer al piso. Las hojas de otoño huelen a frescura, a lluvia suave y
ligera, están por todas partes hasta caen sobre nuestras cabezas. Yo
las aparto con mis pies y saco suavemente la hoja que se posó en tu
cabellera, te sacudo el polvo de tus ojos, te soplo la cara y te roso la
boca con mis labios, alborotando nuestros cuerpos, en esta tarde en
que las hojas de otoño aún huelen a primavera.