lunes, marzo 14, 2016

Un calor que Sofoca
La mañana estaba fría, a pesar de ello, Mónica abrió puertas y ventanas para que la casa se llenará de esa humedad grata, estaba cansada del sofocante calor y ahora ¡por fin! podía sentir esa brisa que le enfriaba sus sentido no así el calor que le quemaba por dentro, con entusiasmo se puso a lavar ropa y a hacer aseo en la casa, su marido dormía una mas de sus borracheras y ella agradecía que se fuera ese olor a vino, a trasnochado que tanto la irritaba, a eso de las doce dejó una nota sobre la mesa avisando que salía de compras y que volvía luego, no era lo que tenía decidido caminó por el centro y luego se fue a la plaza y se sentó a disfrutar del paisaje casi invernal, suspiro y se quedó allí exactamente una hora olvidando todos sus pesares y al maloliente de su marido. Cuando llegó a casa Roberto se había levantado y ya marchado, seguramente a seguir tomando pensó Mónica . Ella suspiro con cierto alivio y comenzó a preparar almuerzo, luego recordó que a las tres venía el maestro Pedro a reparar el enchufe del dormitorio que estaba haciendo corto, ella se esmeró y dejó el cuarto impecable. Puntualmente Pedro hizo su entrada a la casa de Mónica quien se sacudió la falda y lo hizo pasar mientras el maestro se dirigía al cuarto ella de reojo se miraba en el viejo espejo del pasillo y se arreglaba el pelo mientras el calor le subía por el rostro hasta sonrojarla. No tardó mucho Pedro en reparar el problema eléctrico y entre ellos se inició una charla que de seria pasó a una charla mas distendida llena de piropos del maestro, ella no se quedó atrás y aprovechó el momento para sacarse de encima todos los calores que ya no soportaba, hicieron el amor con desenfreno, ella quería sentir a Pedro por todos lados y se lo hizo notar. Cuando ya era el anochecer ella estaba extasiada de ese día, se sentía grata, feliz, parecía una nueva mujer y acostada cerró los ojos para seguir soñando con todo lo vivido en ese gran día. Cuando llegó su marido ebrio y la despertó ella sintió una terrible rabia llena de impotencia, le pidió comida pero al caer a la cama se quedó dormido, ella se llenó de odio y no dejó de observarlo ya no le quedaba ni una pizca de cariño por ese desgraciado, en ese momento tuvo la idea y sin dudarlo busco por todos lados un revolver que su marido escondía en algún lugar del cuarto, lo encontró, le puso balas y sin ningún titubeo con toda la sangre fría de ese momento le puso el revolver en la mano se la llevó a la cien y apretó el dedo del hombre la bala le reventó al cabeza; ella de inmediato se fue al teléfono y llamó a la policía aludiendo a que su marido se había suicidado , ante los echos la policía hizo una investigación liviana y corroboró la versión del suicidio.
Pasaron unos meses en que Mónica vivió donde unos parientes para pasar la pena y luego volvió a su casa y espero un par de noches cuando sintió un golpeteo en la puerta y el maestro Pedro entraba para consolarla y darle el pésame.

La Olla

  La Olla. La familia Barrera estaba sentada a la mesa; era la hora de almuerzo y esta vez a diferencia de los días anteriores la sopa tenía...