jueves, diciembre 21, 2017

Calor



Una brisa fresca entra por la puerta abierta de entrada a casa, se produce una corriente tibia, ligera, que pasa una y otra vez refrescando, alejando el agobiante calor de la tarde. La mesa está llena de una variedad de frutas de la temporada, duraznos peludos y pelados, manzanas, plátanos, guindas, mangos y una variedad nueva de durazno plátano. No tengo preferencia y como casi sin mesura cada una de ellas, aunque mi fruta preferida es la sandía es por ello que sembramos con mi mujer en nuestro pequeño huerto pepitas de sandias que ya se expanden por el pequeño terreno y lo hace de forma invasora extendiendo sus garras dulces y floridas; por la noche mi hijo y mi mujer se convierten en verdaderos cazadores de caracoles que salen con una velocidad que no comprendemos a comerse los pimentones. Yo tomó los caracoles y los apretó sin querer entonces la baba recorre mis dedos los dejo en el tarro de la basura sabiendo que intentaran escapar de allí. Mi mujer es la que más disfruta viendo cómo crecen los cebollines, como sus lechugas se agrandan, como sus tomatitos cherry se enrojecen con su mirada. Aquí en casa la felicidad está a trocitos; mis hijos ya grandes disfrutan como si fueran niños la espera de la navidad y observan con curiosidad los regalos que están en el árbol de pascua; he visto a mi mujer observando a solas el árbol navideño ella es una fan de esta fecha aunque su sueño es una navidad con nieve . Yo me desplazo más lento que los caracoles hasta la entrada de casa para ver nuestro pequeño huerto, me quedó mirando las luces que pusieron en el pasaje que como antaño ahora los están adornando se puede sentir cierta nostalgia por el pasado en que se celebraba en familia y con los vecinos, era una algarabía que siempre terminaba al amanecer.
Mi mujer llega a mi lado y me abraza, refriego mi barba por su cuello y la beso en la frente, nos quedamos en silencio abrazados sabemos que estamos más viejos. Nos entramos a tomar un tecito, esta vez será un mate lo haremos con tomates con huevos y marraquetas, hablaremos un poco de este país que hace unos días estaba a punto del caos según algunos, nos sorprendemos con la quietud que reina entre los políticos que hace pocos nos tenían enfrentados casi en una guerra y hoy todo está en calma como si todo hubiera sido una afrenta falsa, especulativa, mentirosa. Nosotros sonreímos, nos tomamos de las manos y esperamos que mañana no sea tan caluroso como hoy.

La Olla

  La Olla. La familia Barrera estaba sentada a la mesa; era la hora de almuerzo y esta vez a diferencia de los días anteriores la sopa tenía...