miércoles, mayo 01, 2019

Nosotros nos acostumbramos y a decir verdad ya nos parece algo natural.
La Señorita Rosa se detuvo con su automóvil a pocas cuadras de su casa, era casi medianoche y pensó en abandonar su vehículo  que ahora definitivamente y después de varios esfuerzos no andaba. Sin embargo, como están las cosas hoy en día sentía que mañana no encontraría su auto del año 2018. Sumida en su temor, tristeza y desespero vió como justo en frente suyo se abría un portón, se iluminaba y alguien colocaba un letrero que decia;: abierto toda la noche, mecánica general. Le volvió el alma al cuerpo, jamás pensó que un taller mecánico trabajara de noche, pero los tiempos han cambiado se dijo.
Entró al taller y saludo a un hombre que estaba trabajando en un motor. Cuando esté giro y quedó frente a frente a la Señorita Rosa, ella quedó absolutamente sorprendida al ver a un hombre divinamente hermoso;  tartamudeando le habló al hombre de su problema y este fue al automóvil y después de unos minutos el auto de Rosa funcionaba a la perfección. En todo momento la Señorita Rosa no le quitó los ojos de encima al mecánico que en cierto momento mostró cierto pudor ante la mirada insistente de la mujer. Le pagó y le tendió la mano para sentir que esa mano grande abrazaba la suya.
Pasado unos días Rosa se dió cuenta que ese hombre que le hizo temblar de emoción solo trabajaba de noche y es así como planificó otra Pana de su vehículo. Puntualmente el hombre abrió a la media noche y vio a la mujer que lo esperaba
Está vez hablaron y se tomaron un café juntos que con amabilidad había servido  Pedro el mecánico, que también se sintió atraído por Rosa.
Quedaron de reunirse otra noche, de día el se negó a salir bajo la escusa de que él era un amante de la noche.
La Señorita Rosa y Pedro terminaron siendo amantes y lRosa después que descubrió una mordida extraña en su cuello terminó cambiando el ritmo de su vida.
Nosotros con el tiempo nos enteramos de la verdad  y ya estábamos acostumbrados a que por la madrugada llegaron dos murciélagos a la casa de la Señorita Rosa

Dedicado a mi amigo Patricio Gonzalez

La Olla

  La Olla. La familia Barrera estaba sentada a la mesa; era la hora de almuerzo y esta vez a diferencia de los días anteriores la sopa tenía...