jueves, septiembre 19, 2019

La Casa de la Gran Avenida


Es una casa grande, a la entrada caben cuatro autos en fila, a metros de la puerta de entrada una piscina mediana, en ella cuando la familia, se juntaba el alboroto de los niños chapoteando en el agua era de una algarabía total; los adultos también teníamos nuestra oportunidad de jugar en el agua, frente a la piscina un patio amplio donde se colocaba una mesa grande para disfrutar de los bueno momentos.Siempre el asado preparado por el el más experiente y ese era el tío, un hombre amable, risueño, de profesión músico, al igual que sus hijos.
A la entrada estaba el living, hay un sillón negro rasgado en algún lugar por el perro regalón del hijo del dueño de casa. Al lado un comedor amplio y a continuación la cocina tipo americana, al lado de la cocina un cuarto pequeño con baño y siguiendo a este otro cuarto, con una ventanilla que da al patio, le sigue a su derecha un baño a la salida de este la escalera que te lleva a los cuartos del segundo piso y al baño principal que tiene una tina inmensa.
La cocina siempre está pulcramente ordenada y limpia. Hay un televisor que se enciende a veces, sobretodo cuando hay partidos de fútbol. Las onces en la mesa de vidrio son agradables, casi siempre con pan amasado echo por la dueña de casa o del hijo del músico que al igual que el padre toca el corno, además del violín.
Nada más agradable que estar en esta casa, olvidaba mencionar el damasco que está al lado de la parrilla y que con su fruta mi cuñada hacia mermeladas. En el patio además hay un lavadero y un cuarto para guardar los cachucheros. La dueña de casa se quejaba de lo difícil que era mantenerla limpia. Mi mujer trabajó muchos años haciendo el aseo de está casa. Cuando todos trabajaban ella estaba allí limpiando, con los televisores encendidos para ahuyentar el silencio y no sentirse tan sola.
Por las mañanas despertar en está enorme casa era agradable para los sentidos, las aves con su trinar era la única música matutina que se sentía.
La casa de mi cuñada se vendió y una nostalgia nos invade, hace tiempo que la familia no se reúne.
La perra cuidadora de la casa, regalona de mi mujer se va con sus amos, a mi mujer se le caen unos lagrimones cuando piensa que no la verá más.
La vieja casa se queda con muchos buenos recuerdos,ellos seguirán subiendo y bajando la escalera, se sentirá el golpeteo en la puerta del baño y alguien contestando el de abajo está desocupado.Se podrá oír en las tardes de invierno el sonido de la tetera hirviendo, las hojas del damasco invadiendo el patio a causa del viento, el ladrido de la perra avisando que alguien llega. El Hola irrumpiendo siempre seguido de la pregunta "Hay alguien en casa" resonando con un eco cariñoso en los diferentes cuartos.
La casa de mi cuñada se vende y se lleva los años, los planes, los sueños, las sonrisas, las alegrías, las calladas penas y el gran amor de familia que se cruzaba por puertas y ventanas que se abrían y cerraban mientras los niños, ahora jóvenes jugueteaban.
Del balcón que está en los cuartos del segundo piso se ve como cuelga el candado del portón de entrada, la llave ya no está en nuestras manos.

La Olla

  La Olla. La familia Barrera estaba sentada a la mesa; era la hora de almuerzo y esta vez a diferencia de los días anteriores la sopa tenía...