sábado, abril 04, 2020

Las noches son más largas, tristes y llena de gritos y lamentos que se escuchan aún con las puertas cerradas. La plaza de armas está franqueada de militares, se oyen gritos y carreras parece el fin del mundo. Maldita pandemia! Dijo Vladimir mientras miraba por la ventana de su departamento del noveno piso; desde allí se veía una humareda que invadía la calle huérfanos de esquina a esquina. Está noche era decisiva hace un mes que él y sus dos parientes que vivían juntos debido a las circunstancias teían que decidir quién de ellos sería la comida de los otros.

La Olla

  La Olla. La familia Barrera estaba sentada a la mesa; era la hora de almuerzo y esta vez a diferencia de los días anteriores la sopa tenía...