Hace unos años atrás, con la llegada al país de las máquinas traga-monedas, una importante parte de chilenos tenía acceso a casinos callejeros y, veían en ellos una solución fácil a sus problemas económicos, la alegría implantada por este modernismo, pronto fue dejando una huella de desesperanza al percatarse que las ganancias tarde o temprano, de igual manera, se la llevaban los dueños de estas máquinas, a pesar de ello, muchos de nuestros compatriotas continúan esperanzados en que en algún momento podrán ganar ese monto de dinero soñado; aún cuando ya reconocen que las máquinas finalmente están arregladas.
Así podríamos llegar a entender el sistema neoliberal que nos aflige tanto, nosotros por más monedas que le pongamos no podremos alejarnos de la pobreza, sin embargo a vista y ha paciencia nuestra, vemos como unos pocos se llevan todas las ganancias.
Hacer memoria de tiempos pasados, es casi reconfortante, cuando teníamos universidades gratis y la tranquilidad en las calles nos permitía hasta charlar hasta altas horas de la madrugada en una central plaza, que a nuestros madre siempre nos estaba esperando a la vuelta del colegio, que no pasaba de las dos de la tarde, que nuestra Madre no tenía que salir corriendo en busca de trabajo, para ayudar en la mantención del hogar, que de igual manera mi padre llegaba a las cinco de la tarde a casa, y que la vida familiar era mas completa. De menos también se echan a los vecinos que se congregaban en juegos y comidas familiares.
Pero, todo esto terminó, la llegada de la dictadura y mas tarde la implantación de un sistema neoliberal obligó al Papá la Mamá, e hijos mayores ha salir a la calle, a ganarse el pan que restaba.
Las universidades comenzaron a ser pagadas y el endeudamiento comenzó a hacer estragos en el futuro de muchos chilenos. Los sueldos escasamente han subido y ya casi a más de veinte años vemos una clase media asfixiada y endeudada.
De está forma mas del 80% de los chilenos caímos en desgracia, el resto comenzó a disfrutar de las ganancias, sin embargo las continuas alzas de los alimentos, las bencinas, el aumento de la violencia, las promesas incumplidas por parte de los políticos, la falta de esperanza en los barrios mas pobres, y una clase media que ya no da mas, sencillamente decidió salir a las calles en busca de aquellos sueños empolvados, ahora todo el mundo quiere manifestarse por aquello que durante muchos años lo lleva atragantado en la garganta y comienza a exigir la tan ansiada IGUALDAD .
LAS MANIFESTACIONES SOCIALES SON UN GRITO DE ESPERANZA PARA TODOS AQUELLOS QUE SENCILLAMENTE NO AGUANTAMOS MAS TANTO ATROPELLO.
Tenemos que comenzar a reflexionar sobre todo lo que nos está pasando. No basta con fiscalizar las máquinas traga-monedas, ni tampoco son necesarias mas becas para buscar el crecimiento de nuestros hijos. Las tuvimos antes y ¿por qué no ahora? Universidades gratis.
¿Hasta cuando tendremos que dejar nuestro sudor y sangre en la calle por unos pocos? Nuestros sueños no aparecerán mágicamente debemos esforzarnos todos juntos por un mañana mejor
