lunes, abril 17, 2017

Casi
A quién no le ha sucedido. Hoy por la tarde después de una siestecita tomé el libro que estoy leyendo y le di una lectura a unas dos páginas cuando unas ganas de orinar me invadió, el libro estaba más que entretenido así que continué, sin embargo sentí que debía ir al baño y a decir verdad las ganas de orinar aumentaron en demasía, bueno para alguien en mi condición esto puede ser un poco más difícil, colocarse el pantalón es una odisea que tomas otros cuantos minutos, tomar los bastones y colocarse de pie no es fácil y toma casi un minuto, luego unos pasito y llegamos a la escalera con la primera apretada fuerte para no orinarse, un bastón , el otro, un pie luego el otro y avanzamos cuando estás bien ya es cansador, pero cuando tienes ganas de orinar doce escalones son una eternidad ya en cuarto la apretada dejó caer una gota de sudor que cayó en el escalón número cinco, pensé que no llegaría al último escalón pero tomé aire y me di una leve prisa la que sin pensarlo me hizo llegar podríamos decir a tierra firme, ahora a avanzar hasta el baño que está pasando el living cuando se llega a la puerta del baño las ganas parecen bajar estrepitosamente y entonces un ¡chucha! acalla cualquier gana y el aguantarse parece dejar escapar un leve chorrito; con desespero subes la tapa del baño, acomodas los bastones, te bajas el cierre y la felicidad te embarga, viene un descanso que te hace suspirar largamente, todo el sacrificio que fue llegar hasta allí y piensas alegremente eso ya es pasado y tiras la cadena.

La Olla

  La Olla. La familia Barrera estaba sentada a la mesa; era la hora de almuerzo y esta vez a diferencia de los días anteriores la sopa tenía...