lunes, julio 13, 2015

Artrosis

El frío atropella mis huesos, los desplaza como trocitos de madera, como queriendo hacer una nueva construcción humana, un poco antojadiza; se queda en mis rodillas. Lo combato con un té de yerbas con limón, con un baño de agua caliente con sal, con una manta echa de plumas que coloco sobre  mis piernas, con la oración de algunos creyentes y por las tardes con una caminata breve, por las noches leo un poco hasta que enciendo la televisión no para verla sino que para dormirme y cuando vienen los dolores hago igual que el señor de la tele – me tomo un yogurt griego y se me pasa-. 

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