Las muletas son mis grandes amigas, ellas son imprecindibles en la hora
de caminar, me soportan sin chistar, son llamativas, distintivas y
alertan a los otros. Estan día y noche a mi disposición y son por ello
leales a mi condición. No puedo negar mi dependencia de ellas, pero
tampoco debo dejar de aspirar a la mas vil de las traiciones y dejarlas
algún día en algún rincón de casa sólo para admirarlas.
jueves, octubre 20, 2016
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La Olla
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