El
invierno llegó con mucha dureza a casa y mi mamá ya no costuraba en el cuarto
que daba a la calle sino que llevó su máquina Singer que era de tenía una tabla
de madera muy firme por donde pasaban los géneros y era de fierro lo que la
hacía muy pesada, la acomodo en el cuarto de nosotros que era más
abrigador. Una noche costuraba el último
pantalón que le había dejado una vecina. Nuestra despensa estaba vacía y hace días
que para la once tomábamos solo tecito, entonces me recosté en la cama he
imagine que venía una señora con cuatro géneros, vi los colores y visualice
exactamente como sería el pedido y el dinero que mi madre recibiría que vendría
a sacarnos de muchos apuros; esa noche me pareció sentir que mi mamá solloza en
su cuarto que estaba contiguo al nuestro. Por la mañana a eso de las once me
tocó abrir la puerta de casa y allí estaba la misma señora que había imaginado,
los mismos géneros y las mismas ganancias. Fue tanto el asombro y susto de lo
sucedido que decide que era mejor dedicarme a otra cosa que fuera más terrenal.
sábado, marzo 11, 2017
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