En días como el de hoy, las diferentes sensaciones de calor y frescura
me conducen a recordar nuestros besos furtivos a orillas de un mar
agitado, o sentados en la plazoleta cerca de casa donde la frescura del
paisaje urgueteaba nuestros corazones o en la ventana de nuestro cuarto
que nos solazaba y acariciaba con una brisa que nos arrojaba a la cama
en una divertida tarde de lujuria y amor.
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