El frío ha dejado una población fantasmagórica. Ningún alma en las calles, ni siquiera hay árboles que añoren la presencia de personas, solo un frío cemento que se mete hasta los dormitorios de los más pobres que encienden viejos braseros.
La Olla. La familia Barrera estaba sentada a la mesa; era la hora de almuerzo y esta vez a diferencia de los días anteriores la sopa tenía...
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