Unta rápidamente la mantequilla en el pan tostado, le da una mordida Y se va hacia la calle comiendo con la boca media abierta,
Llega a la reja y vuelve a darle otra mordida al pan mientras mira con curiosidad al hombre que gira al compás de el bombo que tiene sobre sus hombros. Los platillos cantan a un compás monótono mientras El Chinchinero gira como una perinola.
Cuando el artista termina su actuación se saca su sombrero y comienza a pasar por las casas solicitando una moneda.
Martín sabe que no tiene monedas, así que su último pedazo de pan tostado lo deja en el sombrero explicando que el otro pedazo se lo comió porque tenía hambre y no sabía que el pasaría.
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