Era el año 1988 y viajábamos a una fiesta al interior de Minas Gerais en Brasil, el viaje fue largo era un pueblo pequeño, no habían edificios sino que solo casas. La feria de artesanía se desplazaba en una larga calle de tierra, nos instalamos en nuestro puesto después de haber conversado con un organizador municipal. Estaríamos allí diez días. Los tres primeros días fueron buenas las ventas. El cuarto día fuimos a almorzar a un pequeño restaurante que tenía unas pequeñas mesas de billar que funcionaban con fichas. Después del almuerzo nos acercamos a la mesa de billar y jugamos día fichas, éramos cuatro jugando dos chilenos y dos brasileños. Terminadas las fichas fuimos por más pero al volver tres jóvenes ocupaban la mesa de billar. Les dijimos que nosotros estábamos jugando, pero hicieron caso omiso de nuestro reclamo y continuaron ordenando las bolas y preparando sus tacos, fue entonces que como era el más grande, me envalentone y me senté arriba de la mesa y en un muy mal portugués dije que nadie jugaba. Los tres brasileños se miraron sorprendidos y en silencio dejaron sus tacos, el más pequeño se acercó a mí y lanzó una amenaza " a gente se va a encontrar" y se marcharon. Al otro día por la noche fui a comprar cigarros a ese mismo lugar, las luces de los postes eran más bien opacas. Cuando salía con los cigarros en la mano, unos hombres me toman fuertemente y me empujan a una pared, allí estaba muy oscuro, me sentí confundido y muy asustado cuando un arma apuntaba mi pecho. Eran policías, uno de ellos se acercó hizo a un lado al que me apuntaba y me dijo- te acuerdas de mí ? Yo lo observé nervioso. El se sacó la gorra y dijo - te dijo que nos veríamos y lanzo un garabato que había aprendido hace muy poco tiempo, pero que conocía claramente su significado. Fue entonces cuando apareció uno de mis compañeros y pidió explicaciones, por un momento hubo una larga discusión, escuché algo de que yo era chileno y que tenía inmunidad diplomática, mentiras de mi amigo abusando de lo.pueblerino que era esa policía.
Finalmente fui liberado sin antes escuchar que mañana por la mañana no teníamos que estar en el pueblo porque si nos atrapaban en la tarde nos matarían a todos no importando si éramos chilenos o no.
Por la mañana hicimos nuestras cosas cargamos los vehículos y nos marchamos entre temor y risas acordamos no volver más a ese pueblo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario